Nuevas y mejores condiciones de vida penitenciaria tendrán los privados de libertad que se encuentran pagando condena en el Centro Penitenciario Yare II, en el estado Miranda, cuyas instalaciones pasarán por un proceso de reacondicionamiento y donde, posteriormente, se instalará el nuevo modelo penitenciario.
AVN
El nuevo modelo, impulsado por el Gobierno Nacional, se plantea transformar la vida de los privados de libertad. Se trata de generar nuevas condiciones de vida, a través de la disciplina, el respeto, el estudio, la consecución de metas personales y la participación de la población penal en actividades socioproductivas, así como en manifestaciones culturales y deportivas.
Es así como unos 583 reclusos de Yare II y de los talleres del penal Yare I fueron trasladados de forma voluntaria a otros recintos del país, ubicados en Falcón, Lara y Guárico, entre otros. En ellos permanecerán temporalmente, hasta tanto se realicen los trabajos de acondicionamiento.
El desalojo de Yare II comenzó el pasado 30 de marzo y culminó este lunes 6 de abril.
El director general de Régimen Penitenciario, Wilmer Apóstol, mencionó que actualmente los familiares de los 583 privados están siendo atendidos por el equipo de la Dirección General de Integración Social a la Familia de los Privados y Privadas de Libertad del Ministerio para Servicio Penitenciario, refiere una nota de prensa del ente ministerial.
Recalcó que el nuevo modelo penitenciario, proceso que comenzó hace tres años, se ha instalado en el 86% de los centros penitenciarios del país.
“No se trata exclusivamente de un control sobre la situación de conducta de los privados de libertad, se trata de una atención integral a la situación jurídica, familiar, social y, también, de condiciones de reclusión”, destacó Apóstol.
En los centros de reclusión, donde se aplica el nuevo sistema penitenciario, los privados de libertad portan uniformes, desde las 6:00 de la mañana hacen formación, bajo estricto orden, se pasan lista y número, cantan el Himno Nacional, bajan por grupos a comer y se despliegan en actividades hasta las 4:00 de la tarde.
Además establece dos visitas por mes, una conyugal y una familiar. Los privados de libertad tienen derecho a hacer una llamada telefónica por semana para comunicarse con sus familiares.