En la vida hay que saber ser agradecido y devolver al mundo lo que la suerte te ha dado. Tal vez por eso las mascotas son tan fieles con sus cuidadores, velando por ellos y protegiéndolos.
Lo que no es tan habitual es ver a una mascota cuidar de otro animal, sobretodo si no lo conoce de nada, no es una cría y está enfermo. Por eso es que una pequeña clínica veterinaria situada en Bydgoszcz, Polonia, no sale de su asombro con nuestro bondadoso protagonista, un gato enfermero.
Radamenes es un pequeño gato negro que llegó a la clínica proveniente de un refugio de animales. Había sido encontrado en la calle gravemente enfermo pero consiguió sobrevivir. Desde que se curó no ha parado de ayudar a otros animales convalecientes, a quienes acicala, masajea el pecho, acompaña, y ronronea.
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