La fundación Centro de Estudios Politicos y Sociales (CEPS), embrión político de Podemos, jugó un papel decisivo en la redicalización del discurso de Nicolás Maduro contra la oposición democrática en Venezuela entre octubre y diciembre de 2014, tal y como se desprende de documentos internos del Gobierno chavista a los que ha tenido acceso LA RAZÓN a través del diputado Julio Montoya, que ayer visitó la redacción de este diario.
A. Rojo./La Razón de España
Los más de 270 documentos aportados por Montoya desvelan hasta qué punto la fundación CEPS (a la que en un momento u otro pertenecieron Iglesias, Errejón, Alegre, Bescansa, Pascual y Monedero, entre otros) y el aparato de comunicación del régimen chavista funcionaban como una maquinaria de propaganda coordinada. El dosier contiene decenas de informes y cuadros explicativos de estrategia y comunicación política diseñados para orientar el mensaje de Nicolás Maduro en otros tantos eventos orquestados por el régimen: entrega de viviendas sociales, jornadas de encuentro con la juventud venezolana, actos con la cúpula militar de la República, escenificación de negociaciones colectivas con funcionarios públicos, graduación de «misiones educativas», entregas de becas, y un largo etcétera de actos públicos del sucesor de Chávez que, porteriormente, eran amplificados por los brazos mediáticos estatales de Venezuela. Comparando los informes elaborados desde España por CEPS con los discursos y alocuciones que el propio Maduro pronunció en esos actos, queda claro que –por lo menos entre octubre y diciembre de 2014, periodo que cubren los documentos aportados por Montoya– el líder bolivariano siguió muy de cerca las pautas y la estrategia aportada por la fundación de Podemos.
Especialmente significativos, por su alcance y por la radicalidad de sus planteamientos, son los consejos de CEPS a Maduro sobre cómo lidiar con la oposición democrática venezolana y, más concretamente, con el relato utilizado por el chavismo para utilizar propagandísticamente la trágica muerte del diputado oficialista Robert Serra. Serra fue asesinado en su propio domicilio en lo que la prensa venezolana, con acceso a información policial, explicó como un caso de robo por parte de uno de sus propios guardaespaldas, es decir, un episodio más de violencia en una de las ciudades más peligrosas del planeta. Sin embargo, el Gobierno empezó muy pronto a explicar el crimen dentro de una trama de violencia organizada por grupos paramilitares colombianos vinculados con la oposición al chavismo, quienes habrían lanzado un programa de asesinatos selectivos especialmente macabros (Serra recibió 40 puñaladas en el corazón) contra carismáticos líderes de la revolución bolivariana (Serra fue el diputado más joven en lograr un escaño en la Asamblea Nacional con 23 años). Criminalizar a la oposición ha sido una estrategía chavista desde hace lustros que Maduro ha llevado a un nuevo nivel y el caso de Serra fue utilizado en este sentido. La fundación CEPS ayudó a la instrumentalización política del suceso como puede verse en el documento elaborado para orientar la estrategia de comunicación de Maduro de cara a la «Marcha contra el Terrorismo: Venezuela Unida por la Paz». En este documento se aconseja al presidente que articule su discurso en torno a «ideas fuerza» como: «El Chavismo es Paz», «el legado de Robert (Serra) es eterno», «cada joven venezolano activado en pro de la paz, de la igualdad social y de la tolerancia es Robert». A renglón seguido se dibuja el relato para relacionar a la oposición con el asesinato: «La violencia antichavista adopta cada vez formas más complejas y salvajes, de la guarimba al sicariato, del sicariato a la paramilitarización de las bases radicales de la oposición: el fascismo». Y se adelanta cuál será la respuesta del régimen: «El peso de la ley, y del Estado de Derecho con toda su fuerza caerá implacable sobre los que ejercen esta violencia, sobre los que la planifican y sobre los que la amparan».
Sucesivos informes elaborados por CEPS van guiando paulatinamente al aparato propagandístico chavista en la tarea de construir un culto en torno al «diputado márir» Robert Serra: «Sugerimos adoptar la victoria de la Revolución, ya utilizada como idea fuerza por el presidente Nicolás Maduro durante el entierro del diputado Robert Serra, como uno de los ejes centrales del discurso. Es una estructura narrativa clásica del acervo revolucionario: nuestros mártires viven para siempre en las transformaciones revolucionarias, la victoria es su vida eterna», reza otro de los documentos revelados por Montoya, concretamente en el que CEPS asesora a Maduro de cara al lanzamiento de la «Misión jóvenes de la Patria ‘‘Robert Serra’’» el 7 de octubre de 2014. Maduro, continúa el documento, debe «construir la narrativa fundamental del crimen y su contexto como parte de una lógica criminal de sectores violentos y fascistas de la oposición».