El oficialismo y la oposición cruzaron este martes acusaciones a raíz del dictamen de un fiscal, considerado afín al Gobierno, que desestimó la denuncia del fallecido Alberto Nisman contra la presidenta argentina, Cristina Fernández, por presunto encubrimiento de terroristas.
Para la diputada Laura Alonso, de la conservadora Propuesta Republicana (Pro), la decisión del fiscal de la Cámara de Casación, Javier de Luca, promueve la “impunidad en contra del derecho que tiene la sociedad a saber la verdad”.
En alusión a la asociación a la que pertenece De Luca, Justicia Legítima, afín al oficialismo, Alonso afirmó en Twitter: “Omertá (pacto mafioso) entre el gobierno y sectores de la Justicia Ilegítima. Si eso no es golpe blando contra la verdad, qué es?”
En la misma red social, Patricia Bullrich, también del Pro, señaló que “Javier de Luca fue el que dijo que en Ciccone no había delito”, en referencia a la causa judicial por la presunta compra fraudulenta de la imprenta de papel moneda Ciccone Calcográfica, en la que está procesado el vicepresidente argentino, Amado Boudou.
El dictamen fue duramente cuestionado también por el fiscal Germán Moldes, quien había apelado ante la Cámara de Casación Penal el fallo de la Cámara Federal que desestimó la denuncia de Nisman contra la mandataria argentina.
“Yo no decía que podía ocurrir, yo no decía que había una posibilidad de que ocurriera, yo decía que era 100 % seguro, certero y asegurado que esto es lo que iba a suceder, no tenía absolutamente ninguna duda”, dijo Moldes en radio Mitre.
Según Moldes, era “muy fácil de adivinar” que el fiscal rechazaría su apelación porque “no había más que mirar cómo funciona este colectivo que disparatadamente lleva el nombre ‘Justicia’ y, para peor, ‘legítima'”.
“Ya estaba decretado que este era el que iba a poner la lápida, este era el enterrador (de la denuncia de Nisman)”, agregó.
La legisladora opositora y precandidata presidencial Elisa Carrió acusó al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández de “embarrarlo todo” tras la muerte de Nisman.
“La muerte de Nisman fue un atentado terrorista, sea suicidio inducido o asesinato”, dijo Carrió en declaraciones radiales.
“El atentado es inteligencia iraní, con conexión local, zona liberada, donde claramente actuaron César Milani y Aníbal Fernández”, acusó la diputada de Coalición Cívica.
Aníbal Fernández respondió a las acusaciones de Carrió y calificó a la diputada de “sucia en todo el sentido de la palabra”.
“¿Y yo me tengo que hacer malasangre por una persona sucia que no tiene de dónde agarrarse y porque todo lo que expresa vuelca mugre de esa boca bífida?. No me mueve el amperímetro”, manifestó el jefe de ministros en su habitual contacto diario con la prensa, al ser consultado por las acusaciones de Carrió.
Aníbal Fernández respaldó el dictamen fiscal contra la denuncia de Nisman y aseguró que “hubo una vocación aviesa de ensuciar la figura de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner sin ningún tipo de asidero jurídico”.
Con el dictamen del fiscal De Luca en sus manos, la decisión definitiva sobre la causa está ahora en manos de los jueces de la Cámara de Casación Penal, que deberán decidir si dan curso a la investigación, tal como lo reclama Moldes, o entierran la denuncia que Nisman presentó el pasado 14 de enero, cuatro días antes de ser hallado muerto de un disparo en la cabeza en su apartamento.
Nisman, que investigaba el atentado contra la mutualista judía AMIA -ocurrido en 1994 y en el que murieron 85 personas-, denunció a Cristina Fernández, al canciller argentino, Héctor Timerman, y a otros colaboradores del Gobierno como presuntos responsables de orquestar un plan para exculpar a los sospechosos iraníes de provocar el ataque. EFE