Karla fue obligada a tener relaciones sexuales con más de 43 mil hombres durante los cuatro años que fue víctima de trata de blancas. Con solo 12 años de edad esta niña fue raptada por su novio, un padrote que la trasladó a Puebla, México, para venderla con mínimo 30 personas todos los días por sexo. Hoy, Karla tiene 22, fue obligada a abortar a dos gemelos y cría a una hija, engendrada con alguno de sus clientes.
Karla vivía en el Distrito Federal cuando la enamoró su padrote de alrededor de 21 años quien la sacó de su casa con la promesa de mejorar la vida que llevaba como hija de una familia disfuncional. Este hombre la comenzó a observar y poco a poco la fue abordando en la calle. De él prefiere recordar cómo, en un inicio, la llenó de elogios, le decía que se casarían y tendrían una vida de ensueño.
“Yo decía ¡wow! qué vida me espera… no podía creerlo”, dice Karla hoy diez años después. Pero, cuando la sacó de su casa, la llevó a prostituirse en Puebla y Tlaxcala. En la ciudad de Puebla vivió varios meses siendo trasladada intermitentemente entre Zacatelco y el Centro Histórico de la Angelópolis. Le asignaron un cuarto en el hotel “Rio”, que se encontraba en la 14 Poniente y hoy parece una casa habitación.
A partir de entonces tuvo que prostituirse bajo amenazas. Si no trabajaba como mercancía sexual con mínimo 30 hombres por día “matarían a su familia”. Cada servicio costaba menos de 100 pesos y obviamente, de ese dinero no veía un solo centavo.
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