El motín que se produjo en una comisaría de la PNB en Caracas dejó al descubierto, una vez más, la crisis de hacinamiento que sufren los centros de reclusión en Venezuela, un problema que ha sido motivo de quejas por parte de presos, familiares y ONGs, reseña EFE.
Fotos Reuters
Durante el motín que se inició y culminó este lunes en la comisaría de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) de la barriada popular de Catia, en el oeste de Caracas, un grupo de presos tomó a dos efectivos de este cuerpo de seguridad como rehenes para pedir una solución al problema del hacinamiento.
Además, los presos se quejaron del retardo en los procesos judiciales y exigieron mejoras en el centro de reclusión.
“Hubo por un tiempo unos oficiales allí retenidos irregularmente, se resolvió la situación y ya los detenidos están siendo enviados a diversas cárceles. No hubo saldos negativos que lamentar”, sostuvo el presidente de la Comisión Presidencial para la Reforma Policial venezolana, Freddy Bernal.
El Ministerio Público de Venezuela (MP) anunció que investigará lo ocurrido en la comisaría e informó que uno de los detonantes de este suceso fue el asesinato, ocurrido ayer, de un detenido a manos de otros reclusos después de que se supiera que estaba acusado de violar a un niño.
Efe pudo conversar telefónicamente con uno de los supuestos líderes del motín, Francesco Torti después de que ya había sido liberado uno de los policías, pero aún mantenían retenido a otro al que amenazaban con lanzar desde el techo de la edificación de no cumplirse con sus demandas.
“Queremos que saquen a todas las personas que se quieren ir. La mitad no nos queremos ir y la otra mitad sí nos queremos ir”, dijo Torti quien permitió que el policía rehén Alexander Palencia, también hablara con Efe.
Palencia por su parte, aseguró que los presos lo habían tratado bien pero pidió “a las autoridades competentes” celeridad en las negociaciones con los reclusos captores pues le aseguraron que “estaban dispuestos a todo”.
Mientras se producía el conflicto en la comisaría, Marisol Valencia, madre de uno de los detenidos en este centro, dijo a periodistas que su hijo tiene tres meses internado y es acusado por portar 10 gramos “miserables” de cocaína.
Valencia criticó, además, que cuando la policía lleva a los detenidos a la comisaría por 45 días, en realidad “llegan a estar tres meses, cuatro meses, cinco, seis, ocho, nueve, un año”.
“Es inhumano que una persona a veces por nada tenga que pasar tantos días aquí y vivir una vida infrahumana. No les ponen agua. Tienen que dormir parados toda la noche. No se les puede pasar una colchoneta, ropa”, agregó Valencia.
De acuerdo con el director de la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), Humberto Prado el motín se produjo por el hacinamiento que “viene generándose desde hace tiempo” porque “las comisarías de todas las policías están hacinadas”.
El activista reclamó que este centro de reclusión, en el que hay 170 detenidos, fue diseñado para que no más de 50 personas pasen un tiempo máximo de 48 horas, pero en la práctica, los presuntos delincuentes llegan a pasar años en estas instituciones.
Datos del OVP, disponibles en su informe 2014, indican que el hacinamiento en los centros de reclusión del país suramericano es de 170 %, ya que actualmente la población interna es de 51.256 presos y las instituciones tienen una capacidad máxima para albergar a solo 19.000 internos.
El hacinamiento en los centros de reclusión también fue puesto sobre el tapete como la principal causa del conflicto por un grupo de opositores venezolanos, entre ellos el excandidato presidencial y gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles.
“¿Por qué pasa todo esto en los calabozos de las policías del país? Porque hay un hacinamiento en todo lo que se refiere a los calabozos, espacios que no son centros de reclusión sino de paso”, dijo el líder opositor.
El 19 de octubre de 2012, el Gobierno de Venezuela decretó una emergencia “en materia de infraestructura carcelaria” para la recuperación o construcción de nuevas prisiones, después de que el primer trimestre de ese año terminase con 304 presos muertos a causa de diferentes motines y enfrentamientos violentos en las cárceles.
Sin embargo, el OVP informó a principios de este año que durante el 2014 murieron 309 reclusos y 179 resultaron heridos en las diferentes instituciones de reclusión del país. EFE