Cuba aprovechó hoy el Primero de Mayo para reafirmar su apoyo al gobierno de Venezuela con la presencia del presidente Nicolás Maduro en La Habana, en una jornada donde se volvió a reclamar a EE.UU. el fin del embargo y la devolución de los terrenos de la base de Guantánamo, en medio del proceso de deshielo entre ambos países, reseñó Efe.
Fotos EFE y AVN
El presidente de Cuba, Raúl Castro, con uniforme militar, y el de Venezuela, Nicolás Maduro, con camisa azul, presidieron desde una tribuna el multitudinario desfile en la Plaza de la Revolución de La Habana, que duró casi dos horas en una mañana con lluvia que no ahogó los ánimos de fiesta de las decenas de miles de personas que participaron en la marcha.
Bajo el lema “Unidos en la construcción del socialismo”, esta es la primera celebración del Día de los Trabajadores -una de las fechas más destacadas en el calendario festivo revolucionario- que tiene lugar tras el anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas con EE.UU.
La convocatoria de este año, como en ocasiones anteriores, se ha dedicado a respaldar la Revolución cubana, la integración regional y a su principal socio Venezuela, ante las sanciones impuestas por el país norteamericano.
En el único discurso que antecedió al desfile, el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte, se refirió al “nuevo escenario político” que vive la isla, tras el “reconocimiento del Gobierno de EE.UU. del fracaso de su política de acoso, agresión y bloqueo contra Cuba”.
“Ya se han dado algunos pasos para restablecer las relaciones diplomáticas ente Cuba y EE.UU., pero nos queda un largo y difícil camino por recorrer”, afirmó Guilarte.
El líder de CTC, sindicato único que agrupa a unos 3,4 millones de trabajadores estatales, privados y jubilados, subrayó que la normalización de los vínculos entre las dos naciones “incluye el levantamiento del bloqueo y la devolución del territorio que usurpa la base naval de Guantánamo”.
Opiniones parecidas se escuchaban entre la gente que desfilaba bajo la lluvia, como la de Wilmar Verdesia, un profesor de enseñanza secundaria, quien auguró “un largo futuro” a la Revolución a pesar del acercamiento a EE.UU, ya que “como dijo Fidel, podemos dialogar de todo, pero no vamos a negociar nuestros principios, convicciones e historia”.
“Desfilamos hoy para apoyar nuestra Revolución, nuestros 55 años de victorias, de logros en todos lo campos como la educación y la salud. Todo nuestro pueblo está aquí, a pesar de la lluvia, firme, victorioso y unido”, destacó.
Para Leticia Gómez, trabajadora en una empresa estatal de astilleros y habitual en la celebración del 1 de mayo, Cuba, “aunque se acerque a EE.UU., siempre va a ser Revolución, ya que seguiremos firmes a nuestras propias consignas y convencimientos”.
“Vengo todos los años, para respaldar mi sistema, a Fidel, a Raúl y a mi patria”, indicó por su parte Manuel Faure, un jubilado de 74 años que aprueba el deshielo con EE.UU. pero “hay que tener cuidado”, advirtió.
Además de Maduro como invitado, las “estrellas” de la marcha de este año fueron los “Cinco Héroes”, como se conoce en la isla a los agentes que estuvieron presos por espionaje en EE.UU y cuya liberación definitiva se concretó el 17 de diciembre, fruto del acuerdo anunciado por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama.
Junto a ellos, encabezando la marcha también desfilaron, vestidos con sus batas blancas, los médicos cubanos que lucharon en el África Occidental contra la epidemia del ébola, seguidos de una marea de gente con pancartas, banderas cubanas e imágenes del Fidel Castro y el fallecido Hugo Chávez.
En la tribuna, junto con Raúl Castro y Maduro, estaban también el vicepresidente cubano José Ramón Machado Ventura; el secretario general del Partido Comunista de España (PCE), José Luis Centella y más de 2.000 invitados de organizaciones sindicales de 78 países.
Como en años anteriores, la marcha también respaldó las reformas emprendidas por Raúl Castro para “actualizar” el modelo socialista de la isla, que en el plano laboral buscan recortar las abultadas plantillas públicas y potencial el sector privado, que ya suma más de 495.000 empleados. EFE