Este martes se cumple el primer año del fallecimiento del doctor e investigador Jacinto Convit, quien es recordado especialmente por desarrollar la vacuna contra la lepra, que no solamente ofreció una cura para esta enfermedad, sino que representó una nueva forma de tratamiento que devolvió la dignidad y el respeto a sus derechos fundamentales a aquellas personas que padecían este mal. AVN
Hasta el momento de este descubrimiento de este tratamiento los leprosos eran recluidos en recintos donde eran aislados por ser víctimas de esta enfermedad históricamente incurable, vergonzosa y estigmatizada, desde por lo menos dos mil años antes de Cristo.
“Los enfermos eran aislados a la fuerza, legalmente, pero a la fuerza. Era lo que se llamaba aislamiento compulsorio, donde el paciente e inclusive los familiares sufrían la presión de las autoridades sanitarias”, había señalado el médico en una oportunidad.
Su rechazo a esta situación impulsó a este investigador a concentrar sus esfuerzos y estudios tanto en el desarrollo de un tratamiento digno para los enfermos de lepra, como en el desarrollo de una vacuna que se aplicara como un servicio público, a la cual tuviera acceso toda la población.
Pero encontrar una vacuna contra la lepra solo forma parte de uno de los logros alcanzados por este insigne investigador venezolano en su incansable labor científica.
También desarrolló la vacuna contra la leishmaniasis, enfermedad cuyas manifestaciones clínicas van desde úlceras cutáneas que cicatrizan espontáneamente, hasta formas con inflamación severa de hígado y bazo.
“Desarrollamos una vacuna compuesta con el parásito de la leishmaniasis, que es la leishmania. El tratamiento se hacía, entonces, con los antimonales pentavalentes, que son medicamentos muy caros. Preparamos esa vacuna y le economizamos al país dos millones de dólares por año”, había destacado el reconocido científico.
Convit se destacó además por su carácter humanista en el ejercicio de la profesión médica, faceta que siempre ejerció en el sector público, pues consideraba que el área privada era contraria a su carácter.
Jacinto Convit nació el 11 de septiembre de 1913 en Caracas. Cursó estudios en el Colegio San Pablo y en el liceo Andrés Bello, bajo la dirección del profesor Rómulo Gallegos. En 1938 recibió el grado de doctor en Ciencias Médica en la Universidad Central de Venezuela.
A lo largo de su vida, este influyente venezolano ofreció grandes aportes al conocimiento de enfermedades infecciosas. Por ello, en el ámbito mundial fue voz de diversas instituciones y asociaciones médicas, como la Sociedad Venezolana de Dermatología y Venereología, la Sociedad Venezolana de Alergología, la Sociedad Venezolana de Salud Pública y el Instituto de Biomedicina de Caracas.