“Oligarquía”. Un término que usan los voceros de la llamada “Revolución bolivariana” como parte de su discurso propagandístico para intentar demonizar a quienes los adversan. ¿Pero qué significa y quienes la encarnan realmente?
El diccionario de la Real Academia Española define oligarquía como: 1. Gobierno de pocos; 2. Forma de gobierno en la cual el poder supremo es ejercido por un reducido grupo de personas que pertenecen a una misma clase social, y 3. Conjunto de algunos poderosos negociantes que se aúnan para que todos los negocios dependan de su arbitrio.
Si leemos con detenimiento los tres conceptos y comparamos las acciones que han definido a este régimen durante los últimos 16 años, no será tan complicado sacar algunas conclusiones.
No es una leyenda urbana, ni una invención. El pueblo venezolano tiene años afrontando con valentía las consecuencias económicas y sociales de las desinteresadas e improvisadas políticas públicas de la “oligarquía” roja, mientras sus líderes se llenan los bolsillos y conocen el mundo entero haciendo uso de los recursos del Estado.
Una historia que se repite en los sistemas comunistas, y que estamos sufriendo en carne propia en nuestra Venezuela.
Asfixian a la empresa privada, acusan a los dueños de supermercados, farmacias y laboratorios de acaparamiento y de guerra económica, limitan el otorgamiento de divisas solo a los venezolanos que tengan cuenta en Bancos del Estado, alegando castigo para los “Raspa cupos”, pero ¿quiénes son los únicos que tienen acceso a dólares? ¿Quiénes insisten en acabar con la producción nacional? ¿Quiénes han expropiado y destruido miles de negocios?
¿Y es la oposición la oligarquía rancia y apátrida, señor Maduro?
¿Cómo es que mientras los venezolanos pasamos penurias porque no hay inventario de alimentos, ni medicinas por falta de dólares, usted se va a Rusia con sendas comitivas a celebrar con Putin, Castro y Xi-Jinping?
Venezuela merece más. Basta de creer en el discurso propagandístico de este gobierno arbitrario y mentiroso. Ellos comen delicateses mientras nosotros hacemos largas colas para comprar un litro de leche. (Muestra de ello lo gordos que se han puesto todos desde que están en el poder). Se van al exterior para internarse en las mejores clínicas del mundo, mientras en Venezuela miles de pacientes con VIH, cáncer, hipertensión y hasta con chikungunya, mueren por falta de medicamentos.
Nos están aniquilando en cámara lenta en nombre de un socialismo que no existe. Gobiernan para unos pocos. Para ellos mismo. Engordan su apariencia y sus cuentas bancarias, mientras se burlan de la carestía del pueblo. Ellos son la verdadera oligarquía.
Poner un freno a esta realidad que nos está destruyendo, está en nuestras manos. Cada vez estamos más cerca del cambio que queremos y merecemos. Unidos lograremos la mayoría en la Asamblea Nacional. Unidos renaceremos de las cenizas y volveremos a ser el pueblo próspero que fuimos y que seguimos cultivando dentro de cada uno de nosotros.
“Por Venezuela vale la pena seguir luchando”.