Clarence Blackmon tiene 81 años, él le explicó a la operadora del 911 que estaba muy hambriento pero que no se podía levantar de su silla. La llamada conmovió a todos en la central y decidieron hacer algo al respecto. Bastaba cualquier bocadillo para que Clarence fuera feliz, pero ellos hicieron algo más. Él se sintió bendecido al ser ayudado por estas personas que lo ayudaron sin dudarlo ni un segundo.
Este anciano había pasado 6 meses en el hospital debido a tratamientos por el cáncer que padece. Por eso, cuando llegó a su casa, se encontró con el refrigerador vacío. No tiene familiares ni amigos cercanos que puedan ayudarlo, tampoco puede moverse por sí mismo para ir a comprar comida. En esa situación, no vio otra alternativa que llamar a emergencias para pedir que le trajeran algo para comer del supermercado.
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