La policía allanó el lugar luego de que fuera alertada por los clientes, que sospechaban de las actividades que se estaban realizando en la cocina del restaurante, ubicado en un hotel.
Los agentes encontraron en el lugar cabezas humanas que estaban en bolsas de plástico.
Un sacerdote que comió en el restaurante -ubicado en la provincia suroriental de Anambra- se alarmó por el alto precio de los alimentos que se ofrecían en el sitio.
El cura dijo que en una ocasión le habían cobrado 2,25 libras, una cantidad cuatro veces superior a la del salario diario de un trabajador nigeriano. Los policías a cargo del operativo para ingresar también encontraron un arsenal de armas que incluía granadas.
Un residente del lugar dijo: “No estoy sorprendido por esta revelación impactante (…). Cada vez que iba al mercado observé actividades extrañas ocurriendo en el hotel. Las personas (del restaurante) nunca estaban vestidas de manera limpia”.
Diez personas fueron detenidas para la investigaciones.
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