Sarah Chalmers, periodista del diario británico DailyMail, decidió someterse a un experimento: quiso saber por sus propios medios qué ocurría con su cuerpo si en lugar de dormir las ocho horas que todo el mundo recomienda se tendía en la cama tan sólo seis durante un período determinado. Los resultados fueron evidentes tanto en el rostro como en el ánimo de la mujer.Reseñó infobae
Con la ayuda y asesoramiento de la Escuela del Sueño de Londres, Chalmers escribió su artículo en primera persona para trasladarle a los lectores su experiencia: “Me veo mucho más vieja que mis 46 años. Mis ojos tienen ojeras oscuras y mi piel parece deslucida y con más y grandes poros”, sintentizó.
Según la periodista, eso no fue lo peor: “Durante días, he estado olvidadiza, torpe e irritable”. Chalmers estuvo una semana realizando la misma rutina que millones de mujeres llevan a cabo a diario sin opción. Lo explica de la siguiente forma: “Con tantas de nosotras mezclando trabajo, chicos y vida social, no hay dudas de que el promedio de dormir ha declinado en los años recientes”.
Las estadísticas en el Reino Unido son alarmantes en esta materia. El número de personas que duermen entre cinco y seis horas ha crecido de manera sostenida durante los últimos años. Más de un tercio de la población pasa menos mucho menos tiempo del recomendado en la cama.
“Es el equivalente físico a estar conduciendo un auto todo el tiempo sobre baches, día a día”, señaló el médico especialista Irshaad Ebrahim, del Centro del Sueño de Londres. “Tu automóvil se daña más y más a medida que sigues manejando de la misma forma”, añadió.
La dermatóloga Anita Sturnham explicó que “la falta de sueño puede conducir a tener una piel sin brillo, sin vida, y a un empeoramiento de las líneas y arrugas, ojos hinchados y ojeras”. Y agregó: “Cuando no se duerme lo suficiente, aumentan los niveles de cortisol que descomponen el colágeno y la elastina, las fibras de proteínas que mantienen la piel suave y le dan su elasticidad”.
“La pérdida de sueño hace que el cuerpo libere muy poca hormona del crecimiento humano, que promueve la reparación de las células de la piel”, explicó Sturnham, y añadió que lo que se ve “es la incapacidad de su piel para curarse a sí mismo”.