Interminables. Así describen los marabinos, las extensas colas que, diariamente, se observan para la instalación de la Tarjeta de Abastecimiento de Gasolina (TAG). Así se comprobó, ayer, al visitar los cinco puntos de la ciudad. Panorama
“El proceso es muy lento para la demanda que existe. Son muchos los que aún no tenemos el chip. Llegué a las 5:00 de la mañana y tengo más de 300 carros por delante”, aseveró Romer Viloria, quien se encontraba estacionado en toda la avenida El Milagro, a la altura de las residencias San Martin, punto final de la cola, del muelle de Pequiven, sitio automatizado para instalar el chip.
El escenario no fue diferente en La Barraca , ni en el cuartel El Libertador. “Ya he venido dos veces y he tenido que irme, porque quienes trabajamos no podemos estar todo el día aquí”, comentó Julio Claridad, en La Barraca.
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