Los españoles acudían el domingo a las urnas, en unas elecciones regionales y municipales que podrían dar paso a un mapa político fragmentado y abrir un capítulo de coaliciones inestables, con la irrupción de nuevos partidos frente a los tradicionales.
Los comicios, que se celebran en 13 de las 17 regiones españolas y en más de 8.000 ayuntamientos, son considerados un termómetro para las elecciones generales previstas para noviembre, que los analistas dicen que serán las más inciertas en décadas.
A las 14:12 hora local (1212 GMT), la participación de los cerca de 35 millones de españoles que están llamados a las urnas se mantenía en niveles similares a la de hace cuatro años, con el 34,5 por ciento del censo frente al 35,81 previo.
Aunque el gran porcentaje de indecisos e, incluso, de voto oculto deja muy abierto el desenlace, los analistas coinciden en que la fragmentación y la necesidad de pactar serán dos de los conceptos más repetidos el lunes postelectoral.
Los sondeos dan por seguro que los votantes castigarán a los dos partidos que han dominado tradicionalmente las instituciones del país desde la vuelta de la democracia, Partido Popular (PP) y Partido Socialista Obrero Español (PSOE), lo que podría suponer el principio del fin de la hegemonía bipartidista.
Podemos y Ciudadanos, dos formaciones emergentes que capitalizaron el rechazo a las medidas de austeridad aplicadas durante la crisis y, sobre todo, el hastío y desengaño ante una clase política considerada corrupta y alejada de los ciudadanos, aparecen, según los sondeos, como los grandes beneficiados de este cambio de mentalidad del votante español.
Se espera que ambos tengan una fuerte irrupción, sobre todo en los bastiones del PP de Madrid y Valencia, que serán seguidos de cerca como un referente para las elecciones nacionales.
Las últimas encuestas mostraron que entre el 30 y el 45 por ciento de los votantes sigue indeciso y la participación podría subir hasta cuatro puntos porcentuales.
Los analistas esperan que, al menos, tres grupos políticos sean necesarios para formar mayorías en 12 de las 13 regiones, así como en las principales ciudades, dejando un horizonte incierto en un país con poca tradición de coaliciones de gobierno tanto a nivel nacional como regional.
En Barcelona, donde podrían obtener asientos en el parlamento regional hasta siete partidos, varios candidatos ya han advertido que podrían repetirse los comicios. Reuters