A juicio del jefe del Servicio de Medicina Tropical y Enfermedades Endémicas del Hospital Internacional de Barquisimeto (HIB), doctor Alberto Paniz Mondolfi, “es muy grave lo que se está viendo: enfermedades de la pobreza extrema que suelen estar influenciadas por factores como el hacinamiento y la desnutrición, lo cual a su vez conlleva la supresión del sistema inmunológico”, así lo publicó El Impulso
Juan D. Vílchez V.
En conversación entre colegas dermatólogos, coincidieron en una situación nunca antes vista en Venezuela: “una epidemia de sarna (enfermedad ectoparasitaria contagiosa causada por ácaros)”.
Asegura que lo más dramático de todo es que cuando prescriben la ivermectina (para uso humano), no se consigue por ningún lado, lo que ha llevado a optar por aquella utilizada con fines veterinarios, la cual ya tampoco está en el mercado. Afirma, que “esto es producto de los excesivos controles que se imponen al sector farmacéutico a causa de la inocultable escasez de divisas”.
“Lo que quiero ejemplificar es que estamos en un momento donde la salud del venezolano va en detrimento. Están empezando a eclosionar una cantidad de factores, producto del contexto socioeconómico que está modificando el patrón de comportamiento de enfermedades.
No es de extrañarse, que otros males nos sorprendan en el futuro próximo en Venezuela. Hay que permanecer alertas y, ante la desinformación, crear nuestros propios medios de recopilación de información que nos permita guiar a nuestros médicos en su práctica diaria”, advirtió.
Paniz Mondolfi llama a la reflexión al ministro Ventura. “Me permito recordarle unas palabras que se atribuyen al doctor Pastor Oropeza, pilar de la pediatría venezolana: ‘Las grandes naciones caminan sobre los pies de sus niños’. ¿Cómo es posible que este sector tan sensible de nuestra sociedad no tenga acceso a quimioterapia? Esto es una falta grave que debe abordarse de inmediato.
Cada niño que se nos va, es arrancarnos un pedacito de futuro a todos los venezolanos, y como si no bastase el no poder proveerles su tratamiento (obligación del Estado), hoy la realidad nos sorprende con el asesinato del pediatra-oncólogo Jesús Reyes, hecho que no puede traducirse de ninguna otra forma, sino como un asalto a la esperanza de nuestros pequeños aquejados con cáncer. Señor ministro no es tiempo de guerras fantasiosas, es tiempo de actuar”.
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