La situación de política, social, económica y humanitaria en Venezuela, es deplorable. Así como la postura blanda, y cómplice del Gobierno Colombiano, ante la violación sistemática de los derechos humanos por parte de un régimen que recurre a estas prácticas para mantener el poder y el dominio sobre los venezolanos.
Los recientes atropellos contra los opositores como Daniel Ceballos, quien fue trasladado a una cárcel civil por orden del régimen, poniendo en riesgo su vida; y la continua violación a los mínimos derechos de Leopoldo López, agudizan la situación de miles de venezolanos defienden la libertad. Aislados y perseguidos, para silenciarlos, sufren los atropellos del régimen.
En un gesto de valentía López y Ceballos, el domingo, anunciaron una huelga de hambre para mostrarle al mundo que, pese a los ataques, torturas psicológicas y humillaciones, seguirán en pie de lucha por la democracia en su país. ¿Acaso van a permitir que se repita la historia de Franklin Brito quien murió por una huelga de hambre protestando por los abusos y atrocidades sufridas en épocas de Chávez? Hoy Latinoamérica es cómplice de la tragedia que viven nuestros hermanos Venezolanos; y el gobierno Colombiano otro ha permanecido insólitamente silente e inerte.
Quiero sentar mi voz de protesta ante esta grave situación. Exijo a la OEA que se active de manera inmediata la Carta Democrática, y que el gobierno Colombiano se pronuncie en contra de un régimen violador sistemático de los DD.HH.
María Fernanda Cabal Molina