El senador republicano y precandidato presidencial de Estados Unidos Marco Rubio advirtió hoy al secretario de Estado, John Kerry, que se opondrá a cualquier nombramiento de un embajador estadounidense en Cuba hasta que no se cumplan varios requisitos que considera imprescindibles.
Ante la inminente apertura de embajadas entre los dos países tras la última ronda de negociaciones y la retirada oficial de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo de Estados Unidos, Rubiosolicitó hoy al secretario de Estado que las condiciones impuestas a La Habana para normalizar las relaciones sean más duras.
“Pese a los más de cinco meses de discusiones con el Gobierno cubano, estoy muy preocupado por la falta de reformas políticas y de progreso en materia de derechos humanos, la continua acogida de terroristas y fugitivos de la Justicia estadounidense”, entre otros asuntos, dijo el legislador en una carta remitida a Kerry.
El senador, de origen cubano y firme opositor al Gobierno de Raúl Castro, insistió al jefe de la diplomacia estadounidense en que condicione las negociaciones a un cambio por parte del país latinoamericano en estas cuestiones para “obtener beneficios tangibles para los dos pueblos”.
“Me opondré a la confirmación de cualquier potencial embajador estadounidense hasta que no se aborden satisfactoriamente estos asuntos”, alertó el senador, en relación al consentimiento que tiene que dar la Cámara alta de Estados Unidos a cualquier embajador nombrado por el Gobierno.
Para ello, Rubio también exige al Gobierno del presidente Barack Obama que demande la devolución de los bienes expropiados a ciudadanos estadounidenses tras la Revolución Cubana, así como que se extradite a cualquier terrorista o fugitivo que pueda encontrarse en suelo cubano.
El camino hacia la reapertura de embajadas en ambos países se ha allanado tras la salida de Cuba de la mencionada lista de países patrocinadores del terrorismo, uno de los requisitos impuestos por La Habana para poder avanzar en las negociaciones.
En abril, tras su histórica reunión con el presidente cubano, Raúl Castro, celebrada en Panamá durante la Cumbre de las Américas, Obama anunció su decisión de eliminar a Cuba de esa “lista negra”, en la que la isla entró en 1982 y estaba actualmente junto con Irán, Sudán y Siria.
En un mensaje enviado entonces al Congreso, Obama certificó que el Gobierno de Cuba “no ha proporcionado ningún apoyo al terrorismo internacional durante los últimos seis meses” y ha expresado “garantías de que no respaldará actos de terrorismo internacional en el futuro”.
Aunque no hay una fecha exacta anunciada, se espera que el anuncio de la apertura de las sedes diplomáticas en las dos capitales se haga en las próximos semanas. EFE