Una maniobra que conocemos muy de cerca los demócratas en Venezuela, y que con unidad y esperanza hemos logrado derrotar. Y es que pese a tener visiones distintas, el camino es común y siempre será el mismo: PROGRESO, PAZ y LIBERTAD. Y en esa ruta debemos mantenernos, pese al macabro juego de este Gobierno.
El poder es efímero, y en particular el de Nicolás Maduro está muy resquebrajado. Ellos lo saben y por eso buscan fragmentarnos como oposición. Lo que ignoran es que estamos más unidos que nunca en torno a un sueño de país, así que ¡no caigamos en peines!
Ellos juegan a dividir, juguemos nosotros a construir. A “resistir y avanzar”, como dice nuestro líder político, Henrique Capriles.
La realidad lo exige mi gente. Han sido 16 duros años para nuestra amada Venezuela. Década y media sufriendo las consecuencias de un desamor descarado; de humillaciones, detenciones arbitrarias, corrupción, y odio. ¿Cómo no unirnos en torno a un camino que nos guíe hacia el fin de tanta desventura?
Y eso les duele. Los asusta. Saben que estamos fusionados, que juntos somos indetenibles, y que tenemos la fuerza para rescatar a nuestra Patria de tanta desidia.
“Resistir y avanzar” señores para lograr la libertad de los presos políticos, para que cada vez sean menos las víctimas del hampa, para que nuestros hábitos alimenticios vuelvan a ser normales, para que los pacientes con cáncer u otra enfermedad de cuidado tengan garantías de vida y bienestar. Para tener un Gobierno que trabaje por y para el pueblo, y no solo para un grupito de enchufados.
¡Ellos son el único y verdadero adversario!
Que cualquier sentimiento de desesperanza se convierta en el motor de nuestra lucha.
Este es el momento de la UNIDAD.
¡Por Venezuela vale la pena seguir luchando!