Daniel Ceballos y Leopoldo López, presos políticos, no volverán a comer hasta que el Gobierno de Nicolás Maduro cumpla con el petitorio que hicieron cuando anunciaron hace más de diez días el comienzo de una huelga de hambre, publica La Verdad.
Patricia Gutiérrez, esposa del exalcalde de San Cristóbal, está al tanto de que la salud de Ceballos podría estar comprometida si no ingiere alimentos en los próximos días. “Es muy duro, pero ellos están dispuestos seguir. Son hombres muy fuertes, que se han preparado para esto y que están aferrados a Dios y a la oración. Daniel me dijo el viernes, cuando me dejaron visitarlo, que así lo pongan a dormir en una caja de cartón, él no iba a dar su brazo a torcer. Que hasta que no se cumpliera con sus peticiones iba a continuar con la huelga de hambre”.
A juicio de la alcaldesa de la capital tachirense no es “ningún petitorio anormal”. “Es algo que está establecido en la Constitución nacional. No es solo que nos den la fecha de las elecciones sino que se garantice la observación internacional de la OEA, UNASUR y la Unión Europea.
Muchos actores políticos les han pedido a los dirigentes de Voluntad Popular (VP) que no expongan su salud ante un Gobierno que ha demostrado reiteradamente su indolencia, pero Gutiérrez de Ceballos considera que su esposo y López no serán otros Franklin Brito. “Creo que en este momento hay un apoyo internacional que no se tenía en aquel entonces. La comunidad internacional ha demostrado su solidaridad, preocupación y apoyo. Eso tiene al Gobierno entre la espada y la pared”.
Acoso
“El Gobierno tiene a todo el país en huelga de hambre”, prosiguió la mandataria, quien vio a su esposo por última vez el pasado viernes, cuando la dejaron ingresar al Centro de Reclusión 26 de Julio producto de la presión mediática que provocó el intento de los expresidentes Jorge Quiroga (Bolivia) y Andrés Pastrana (Colombia) de visitar a Ceballos.
“Estamos en presencia de unas personas que tienen a Daniel sometido a violaciones de sus derechos en esta cárcel que es lo más parecido a un campo de concentración, en una celda de 2×2, que está ubicada en el área de castigo”, relató en comunicación telefónica con La Verdad Gutiérrez de Ceballos, quien detalló las condiciones de reclusión de su marido. “No hay lavamanos, ni sanitario, ni nada. No tiene sábanas, tampoco almohadas. Lo único que le acompaña es una biblia, una foto de la familia y un botellón de agua que dosifica para que le alcance”.