Para algunos, el misterioso rayo o flash verde que se produce no es más que un mito pseudocientífico, otros se enorgullecen de haberlo visto y otros lo atribuyen a obras de fantasía como Piratas del Caribe. La cuestión es que es real y esta foto, tomada en las Islas Canarias, recoge el preciso ese instante mientras se pone el Sol.
La realidad es que es un fenómeno atmosférico particularmente conocido y estudiado que se produce no sólo en los atardeceres (es más común, eso sí), sino también en los amaneceres. Se produce, en general, cuando podemos ver el astro saliendo u ocultándose sin ningún tipo de obstáculo en el horizonte, como en el Mar, o en este caso, una isla. En El Rayo Verde, escrita por Julio Verne en 1882, se describe como:
…un verde que ningún artista podría jamás obtener en su paleta, un verde del cual ni los variados tintes de la vegetación ni los tonos del más limpio mar podrían nunca producir un igual! Si hay un verde en el Paraíso, no puede ser salvo de este tono, que muy seguramente es el verdadero verde de la Esperanza!
“Has visto alguna vez el destello verde, Gibbs?” “Sí, alguna vez. Ocurre en raras ocasiones, en el último suspiro de un atardecer, un rayo verde destella en el cielo. Algunos pasan su vida entera sin verlo siquiera. Y algunos que dicen haberlo visto nunca lo han hecho. Y algunos dicen… algunos dicen que es la señal de que en alma ha vuelto a este mundo desde el reino de los muertos”
¿Por qué ocurre?
Como suele ocurrir, la ficción se apoya en un fenómeno real. Ocurre por la refracción de la luz al atravesar la atmósfera.
Esta se mueve más lentamente cuanto más denso es el medio. Esa particularidad, en los aires que componen nuestra atmósfera, ocurre en las capas inferiores, más densas que las superiores. Cuando los rayos del Sol, a punto de ocultarse, no tienen más remedio que seguir la trayectoria a través de esas capas, se curvan ligeramente, siguiendo a la vez la curvatura del propio planeta.
Es en esa dispersión de colores donde la luz de alta frecuencia (verde, azul) se aparece como visible mientras la roja se oculta. El Sol no “cambia de color”, únicamente es un efecto óptico. La mayoría de las veces se produce el espejismo típico que podemos apreciar en un día caluroso en cualquier carretera y el resplandor verde se ve algo más borroso.
Vía Gizmodo