El socialismo del siglo XXI nos tiene acostumbrado a sus torpezas fruto de la ideología y también de la ignorancia histórica de sus creadores y seguidores. No obstante es necesario pasearse por las últimas “perlas” dignas de ser comentadas.
Las primeras le corresponde al presidente Maduro y su canciller acusando a Exxon de promover la discordia entre Guyana y Venezuela. Recordemos esa perla: “Nicolás Maduro, acusó a Exxon Mobil de alentar una disputa limítrofe entre su país y la vecina Guyana, y llamó al mandatario del país caribeño, David Granger, a no dejarse influenciar por la petrolera estadounidense”.
Continúa el presidente en su torpeza; “Es la Exxon Mobil la que está detrás de todo esto. Por eso le he ordenado a la canciller que coordine con el canciller de Guyana la reunión que ya estaba pautada”. Se olvida Maduro que es Guyana como nación soberana la que ha otorgado a las transnacionales los permisos para perforar en aguas de la zona en disputa. Es más presidente, recuerde que entre los socios de Exxon en esa actividad, se encuentra, nada más y nada menos, una filial de China National Offshore Corp.
Maduro agregó que espera que su homólogo guyanés “reflexione, dé los pasos necesarios para un proceso de diálogo y abandone el discurso altisonante y no escuche malos, perniciosos y falsos consejos de la Exxon Mobil, y de los funcionarios comprados por la Exxon Mobil”.
Agregaba la Cancillería “Hacemos una alerta ante la manipulación de la empresa transnacional estadounidense Exxon Mobil que ha desatado una campaña de desinformación y mentiras con el único propósito de estropear el buen desarrollo de las relaciones bilaterales entre nuestros países”.
Hay que ser manipuladores para desconocer que estos entuertos fueron iniciados por el silencio cómplice del gobierno de Hugo Chávez frente a las pretensiones y acciones de Guyana. Y recuerden que ese silencio tenía que ver con los consejos malsanos de Fidel Castro perenne defensor de los derechos de Guyana en sus disputas territoriales con Venezuela.
Otra perla la del vice Arreaza participando en la “cumbre de los pueblos” un evento marxistoide, organizado en Bruselas en paralelo a la reunión de la UE-Celac, cuando invitó a los europeos a estudiar los modelos económico sociales de América Latina. Dijo Arreaza “En nuestros países de Latinoamérica han surgido modelos políticos y económicos que hoy están garantizando que el hambre disminuya radicalmente, que nuestras personas tengan más acceso a la salud, educación, trabajo, vivienda, que haya mayor producción para alimentarnos, para generar trabajos productivos”. ¡Habráse visto tantas mentiras juntas!
¿A qué países se refiere este señor (acaso de Cuba y Venezuela)? Ambos países con racionamiento extremo de alimentos, con baja productividad de su población económicamente activa, con sus centros de salud sin insumos y su infraestructura en franco deterioro y con un déficit habitacional que sobrepasa los dos millones de familias.
Continúan las torpezas de Arreaza “hoy invitamos a los países europeos a que estudien científicamente esos modelos, que reconozcan lo positivo y ojalá puedan tomar y aprender algunas de las lecciones de América Latina”. ¡Qué audacia y descaro!
Una última perla la de Rafael Ramírez, el degradado embajador de nuestro país en la ONU, cuando criticó al portavoz del secretario de la NNUU por decir que el Alto Comisionado de los DDHH “seguía estrechamente la situación en Venezuela y estaba seriamente preocupado por la legalidad y condiciones de quienes han sido detenidos por ejercer sus derechos”.
Según Ramírez “el pronunciamiento constituye una violación de los principios de la Carta de las NNUU que demanda un tratamiento objetivo e imparcial sin manipulaciones del tema de los derechos humanos”. Precisamente lo que hicieron los voceros de las Naciones Unidas fue mostrar su preocupación por los presos políticos en Venezuela a quienes no se les ha seguido el debido proceso ni se les respetan sus derechos tal como lo han denunciado en múltiples ocasiones sus familiares, abogados y las ONG venezolanas. Mejor le hubiera sido a Ramírez haberse quedado callado. Se le pasó por alto la famosa frase del Rey Juan Carlos a Hugo Chávez en una Cumbre de Las Américas. Una vez más el socialismo sin máscara.
Juan Antonio Muller
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