La presidente brasileña Dilma Rousseff y su par estadounidense Barack Obama lanzarán en Washington el 30 de junio una nueva fase de la relación bilateral, en una asociación que volvió a ser “saludable”, dijo este viernes una alta diplomática estadounidense.
“Se trata del comienzo de un nuevo capítulo en nuestra relación bilateral. Esta relación ha sido puesta a prueba en los últimos 18 meses, de forma que es un relanzamiento de nuestra asociación”, declaró Roberta Jacobson, subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental.
Las relaciones entre Brasilia y Washington sufrieron un verdadero terremoto en 2013 ante las revelaciones de que la inteligencia estadounidense había interceptado teléfonos personales de Rousseff, un escándalo que motivó la postergación de una visita a Estados Unidos programada para octubre de ese año.
Durante una conferencia en el centro de reflexión Atlantic Council, Jacobson aseguró que desde entonces los dos gobiernos realizaron un trabajo inmenso para recomponer las relaciones, pero admitió que a pesar de ese esfuerzo la percepción pública es que los contactos siguen siendo problemáticos en el tope de la jerarquía.
En este contexto, “una demostración pública de que la relación es nuevamente saludable entre los dos líderes es muy importante”, subrayó.
Las relaciones entre dos países pueden ser intensas y dinámicas pero es necesario que el público perciba que los presidentes están participando de ella, expresó Jacobson, para quien esa percepción no ha existido en los últimos meses a pesar de las mejoras reales de los contactos bilaterales.
– La región y Venezuela –
Para la diplomática, la agenda de las reuniones entre Rousseff y Obama no debería ser medida por el número de acuerdos a ser firmados sino por la extensión de los temas que discutirán: desde cooperación en áreas de defensa hasta posiciones comunes sobre cambio climático, pasando por educación, ciencia y tecnología, y comercio.
Rousseff y Obama deberán también discutir “temas de índole regional y global”. Entre los temas regionales, dijo Jacobson, destaca el análisis de cooperación en apoyo a las elecciones previstas para este año en Haití, donde Brasil conduce la misión militar de la ONU (MINUSTAH).
Jacobson expresó también su esperanza de que Rousseff y Obama hablen “sobre la importancia de avanzar con varias de las preocupaciones que tenemos con relación a Venezuela”.
Al hablar del encuentro entre Rousseff y Obama el 30 de Junio, Jacobson bromeó que “será el comienzo de una hermosa amistad”, citando una frase célebre de la película “Casablanca”.
– Momento “clave” –
En tanto, el diplomático brasileño Benoni Belli destacó la importancia de las conversaciones sobre cooperación en el ámbito de la defensa, apoyadas en un encuentro que tendrán los ministros del área, Ash Carter y Jaques Wagner, durante la visita de Rousseff a Washington.
Esta visita de Rousseff a Washington parece poner punto final a las dificultades que la relación bilateral atravesó desde que el contratista de la CIA Edward Snowden reveló una red global de espionaje estadounidense que incluyó a la presidente brasileña y las comunicaciones de la estatal de hidrocarburos Petrobras.
Obama pidió a su vicepresidente, Joe Biden, de encargarse personalmente de la recomposición de relaciones. Biden viajó dos veces a Brasil y representó a Obama en la investidura de Rousseff luego de su reelección.
Rousseff se instalará en la Blair House, la residencia oficial para huéspedes del gobierno estadounidense, y participará el 29 de junio de una selecta cena con la familia de Obama en la Casa Blanca.
Para el analista Peter Schechter, del Atlantic Council, la visita ocurre en un momento “clave” para Estados Unidos, que busca redefinir su rol en el continente, pero también para Brasil, que busca consolidar con crecimiento económico los avances sociales conseguidos en la última década.
AFP