“Don” Diego Maradona, o “Don Chitoro, como le decían sus amigos, fue sin duda el mayor admirador de su hijo Diego Armando y su principal respaldo en los momentos difíciles.
El crack del fútbol argentino se despidió hoy de su padre, fallecido en Buenos Aires a los 87 años tras una larga convalecencia por un cuadro de problemas respiratorios y cardiovasculares.
“Don Diego” se encontraba con respiración asistida y en un coma inducido ingresado en la clínica porteña de Los Arcos desde principios de mes por sus problemas de salud.
En mayo estuvo en el mismo sanatorio durante diez días debido a una infección urinaria y, en octubre del año pasado, fue internado por una neumonía.
Nacido en la norteña provincia de Corrientes, en 1927, se afincó con su esposa, Dalma Salvadora Franco, más conocida como “Doña Tota”, en Buenos Aires, en Villa Fiorito, en las cercanías del Riachuelo.
En su juventud trabajó transportando pasajeros en una barca y luego se integró en una fábrica del sector químico.
El 30 de octubre de 1960 nació Diego Armando, el primero de los nueve hijos de la pareja: cinco mujeres y cuatro hombres.
Su salud empeoró tras la muerte de “La Tota”, que falleció el 19 de noviembre de 2011, a los 81 años.
Desde entonces, Don Diego tuvo que ser hospitalizado varias veces por infecciones urinarias y problemas respiratorios y cardiovasculares.
Además, en julio de 2014 salió ileso de un incendio que se produjo en su casa, producto de un cortocircuito.
Su muerte constituye un duro golpe para Maradona, que siempre agradeció en público el esfuerzo de sus padres para ayudarle a convertirse en una estrella del fútbol.
“Yo aprendí de mis padres que no hay que olvidarse de todo lo que uno pasó. Todo sirve de experiencia como para enfrentar la vida. “Si no hubiese tenido una familia que hacía un esfuerzo enorme para pagarme el colectivo y el tren, no habría hecho la carrera que hice”, dijo en una ocasión un Maradona ya consagrado.
“Mi papá se iba a trabajar a las 4 de la mañana todos los días, yo entrenaba lunes, miércoles y viernes, me acuerdo que los colectivos iban llenos. El se agarraba del pasamanos, se apoyaba en mí y se dormía”, agregó.
El año pasado, durante la grabación de un vídeo promocional, el excapitán de la selección argentina se emocionó hasta las lágrimas al recordar el esfuerzo que habían hecho sus padres durante su infancia para sacar adelante a la familia.
Tras su precipitado regreso al país, hace unas semanas, para acompañar a su padre, Diego Armando Maradona pidió “a todos los argentinos que recen por mi viejo”.
“Tengo mucha confianza en Dios, tengo mucha confianza en (el Papa) Francisco y sé que con la ayuda de Dios y de Francisco mi viejo va a salir adelante”, dijo Maradona tras su primera visita al hospital. }
EFE