El día del periodista se celebra en Venezuela todos los 27 de junio, en conmemoración de la primera edición que circuló del “Correo del Orinoco”, fundado por el Libertador, Simón Bolívar en 1818. Sin embargo, en vista de las amenazas que acechan al ejercicio periodístico y censura, reflejadas en las cifras de ONG’s en los últimos años, habría que preguntarse: ¿Celebración o lucha?
Ricardo Sánchez Silva | La Patilla
Según el informe anual de Reporteros Sin Fronteras, Venezuela descendió 21 puestos en la clasificación mundial 2015 del Índice de Libertad de Prensa que publica esa organización, en comparación con el año pasado. El país se ubicó en la posición 137, con el color rojo, penúltimo en los indicadores de mayor gravedad (seguido por el negro), con una puntuación de 40.61.
Desde el año pasado hasta la fecha (27 de junio de 2015, día del periodista), el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), publicó 504 violaciones a la libertad de prensa, es decir, casi el 30% del total registradas en la última década en Venezuela (1724 violaciones).
Si a esto sumamos los números que brinda Espacio Público, “de enero a diciembre (2014), se documentó un total de 579 violaciones a la libertad de expresión, que corresponden a 350 denuncias/casos. Esta cifra representa la más alta registrada en Venezuela desde, al menos, los últimos 20 años”, indica el portal de la organización.
Agresiones recientes
De acuerdo a lo que demuestran las evidencias (videos, fotos, testigos…), las violaciones a la libertad de prensa, trascienden el plano de agresiones verbales o maltratos leves, pues se ha llegado hasta el punto de convertir tales atropellos en actos vandálicos y brutales, condenados por las distintas organizaciones que defienden a los periodistas, con victimarios pertenecientes a cuerpos de seguridad del Estado, así como civiles identificados con el oficialismo.
Entre las agresiones recientes a periodistas y trabajadores de la prensa ocurridas en el ejercicio profesional, el 3 de junio se registraron ataques de grupos violentos en la sede de alcaldía Mario Briceño Iragorry (Maracay), donde los tomistas arrojaron a un camarógrafo y una periodista desde la azotea, mientras que golpearon a otro comunicador, los tres pertenencientes al departamento de prensa de esa institución.
Por su parte, el 20 de junio, una periodista y su reportero gráfico de El Aragüeño, fueron detenidos por el CICPC (Villa de Cura), sometidos a fuertes maltratos físicos y vejaciones, mientras que el mismo día en Caracas, María Alesia Sosa (Runrunes), fue golpeada por una mujer identificada con el oficialismo mientras grababa una cola del Abasto Bicentenario en Las Mercedes.
Cronología de violaciones a la libertad de expresión en Venezuela (2015*)
Fuente: Expresión Libre * Año: 2015 (hasta mayo)
La censura del siglo XXI
Particularmente, en Venezuela, se ha dado una forma de censura “muy original”, según afirma Nelson Bocaranda, que consiste en la compra de medios de comunicación por parte de grupos allegados al gobierno para cambiar su línea editorial a favor del poder.
Esta modalidad “paga muy bien, los dueños se van felices, se van contentos porque le dan bastante dinero, pero el periódico pasa a estar bajo las redes de la censura y la autocensura roja rojita”, asevera el comunicador.
Se trata precisamente de la “censura del siglo XXI”, a la que se refirió Tamoa Calzadilla, en su discurso del día del periodista de 2014. “En esta nueva era, ya no hace falta colocar al hombre del ministerio con el lápiz rojo dentro de una redacción. Simplemente se compra el medio y ya, a cualquier costo porque total no es para hacer negocios, por eso no importa la pérdida del recurso humano, cometer errores técnicos y éticos o los proyectos futuros que están involucrados. Se adquiere a realazo limpio y con capitales dudosos -como es la norma en el socialismo del siglo XXI- para dominarlo, doblarle las rodillas y convertirlo en órgano de propaganda oficial. Que no moleste más, que deje la imprudencia”, relata la periodista, quien fue Jefa de Investigación del diario Últimas Noticias y renunció tras el cambio de dueños, debido a una dosis de censura y presión desde el poder.
Sobre el tema, IPYS en alianza con Armando Info y Poderopedia, se dedicaron un año a producir la investigación denominada “Propietarios de la censura”, con la participación de al menos 30 periodistas, en la que se revela las historias detrás de la compra-venta de medios de comunicación social en Venezuela. Se trata de una serie de reportajes con técnicas de periodismo de datos y reportería clásica, que dejan al descubierto los medios que se arrodillaron al poder.
Es importante resaltar, que los comunicadores que no se adapten a los nuevos requerimientos, tales como “bajarle dos” o “suavizar la línea”, no tienen cabida dentro de los medios arrodillados. Vemos, entonces, renuncias forzadas y despidos injustificados. Recientemente, aunque el periódico no ha sido vendido, una periodista fue despedida del diario La Verdad de Vargas porque el gobernador de la entidad, Jorge Luis García Carneiro, pidió su cabeza luego de que destapara una olla sobre corrupción y retrasos con la construcción del estadio de los Tiburones de La Guaira.
Hablan los periodistas
Gráficos: Valentina Arenas