Viviendo mucho tiempo en Afganistán, la fotógrafa Lalage Snow decidió realizar un interesante y excepcional proyecto “No estamos muertos”. Quería mostrar la magnitud y profundidad de la huella que deja la guerra en los rostros, el alma y los sentimientos de las personas que la atraviesan y sobreviven.
En sus miradas se puede leer fácilmente todo el horror por el que tuvieron que pasar. La guerra no solo deja heridas físicas, también profundas heridas psicológicas y morales. Cada foto se compone de tres partes: antes, durante y después de la guerra.
En los rostros de los soldados, los que sobrevivieron la guerra, podemos ver todo: el miedo, el odio, el terror, la tristeza, la nostalgia y la alegría de tan esperada reunión con aquellos que los estaban esperando. Te sorprenderás al ver estos cambios.
Leer más en: quepasada.cc