Cuando media España se sumerge en las vacaciones de Semana Santa y el culto al cuerpo da paso al culto religioso, un estudio realizado por la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), conjuntamente con la Universidad de Valencia, salta a la palestra para dejar a algún que otro penitente con la boca abierta.
Uno de los motivos es que la investigación, de título El lúpulo contenido en la cerveza, su efecto antioxidante en un grupo controlado de población, se realizó con la colaboración de 50 monjas de clausura.
A parte de lo anecdótico y de que la experiencia les “gustó a todas”, según la doctora Victoria Valls, el resultado es que se ha demostrado que beber cerveza con moderación disminuye los niveles de colesterol y los riesgos cardiovasculares, y ayuda al metabolismo oxidativo, lo que permite disfrutar de un envejecimiento más saludable.
Primero sin alcohol
Primero se introdujo cerveza sin alcohol como suplemento en las comidas de las religiosas, un grupo “con una dieta homogénea y un estilo de vida ordenado”. Con posteridad, también se sirvió con alcohol y quedó patente que los beneficios antioxidantes son los mismos en ambas bebidas: su aporte saludable reside en el lúpulo, ingrediente exclusivo de la cerveza y responsable de su sabor amargo, que a su vez estimula el apetito.
Valls recalcó que, en contra de lo que se ha defendido habitualmente, esta investigación confirma que los componentes saludables de la cerveza no residen tanto en el alcohol como en los ingredientes antioxidantes de la misma. El profesor Jesús Román Martínez, coautor del estudio, añadió que “de los estudios realizados se desprende que el tipo de cerveza no influye en el poder antioxidante. La negra, la rubia y la sin alcohol poseen valores similares”. La única diferencia es que la cerveza con se manifiesta con mayor rapidez en la sangre.
Reducir el colesterol
Valls también destacó que beber cerveza sin alcohol disminuye los niveles de colesterol total, algo que se hace especialmente evidente en los individuos con tasas superiores a 240 mg/dL, así como que el consumo de lúpulo también reduce los niveles de colesterol y triglicéridos. Respecto a los efectos beneficiosos contra el envejecimiento, especialmente con relación a los riesgos cardiovasculares, el estudio dice que la ingesta de cerveza sin alcohol y de lúpulo fortalece el metabolismo oxidativo.
En cuanto a las patologías inflamatorias, el lúpulo también incide provechosamente: disminuye las concentraciones de la fracción C3 del complemento, la proteína C reactiva y la interkeukina 6.
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