Recientemente tuve la oportunidad de exponer juntos a varios de mis hermanos, con quienes tengo el placer de compartir el doctorado en Ciencias Políticas, nos tocó exponer sobre el libro “brecha entre América latina y Estados Unidos” compilación de trabajos de varios e importantes autores a cargo Francis Fukuyama.
Es un libro interesante porque nos obliga a analizar las causas del retardo que han tenido las naciones latinoamericanas frente a los Estados Unidos o Canadá, a pesar de estar geográficamente ubicados en el mismo continente, haber sido descubiertos y colonizados por los europeos en el siglo XV.
En las conclusiones del libro se descarta la posibilidad que sean factores culturales, geográficos, externos o religiosos los que expliquen la brecha entre ambos, son tomados en cuenta únicamente: las instituciones, las políticas o medidas de Gobierno y la desigualdad social.
En los trabajos, se da un desarrollo extenso del factor institucional, apegados a un concepto económico del mismo “reglas formales o informales que restringen la capacidad de la decisión humana” de este concepto se desprende la importancia de las instituciones como reguladores del comportamiento humano en la sociedad, el cual lo ejercen a través de lo que ellos llaman hábitos formales e informales.
Los hábitos formales vienen siendo el imperio de la ley, sistemas electorales, federalismo, derechos de propiedad, sistema jurídico o leyes y el poder ejecutivo, según ellos, son estos factores que sustentan las instituciones y el fortalecimiento de las mismas, hará posible un sistema institucional solido que permita el desarrollo. Dejan claro que los procesos de institucionalización son lentos, difíciles, progresivos y pasan desapercibidos, por lo que es sumamente importante, no interrumpir su desarrollo.
Tomando en cuenta lo negativo que significa la interrupción del desarrollo institucional, los autores se basan en afirmar que los quiebres constantes y repetitivos que ha tenido América Latina del desarrollo institucional a través de golpes de estado, dictaduras, enjuiciamientos presidenciales, dimisiones y todo acto que implique quiebre institucional, ha traído como consecuencia el retardo en alcanzar el desarrollo, citan como ejemplo lo siguiente: “Estados Unidos desde su independencia en 1789, solo una vez experimento una quiebra de su orden político, en torno a la esclavitud que los llevo a la guerra civil, después de eso los Estados unidos ha podido superar los conflictos institucionalmente, dentro del marco de la ley” mientras que los países latinoamericanos, han estado plagados de quiebres institucionales permanentes, solo en Venezuela hemos tenido 27 constituciones.
En relación a las Políticas o medidas de Gobierno, están deben estar ajustadas a una preparación previa de quienes la ejecutan, para ello se hace necesario hacer una inversión importante en institutos de formación y capital humano en la formulación, elaboración y ejecútese de políticas públicas, entendiendo que las mismas serán buenas o malas de acuerdo a sus resultados.
El presidencialismo ha sido uno de nuestros mayores males, según los autores, a través de él se crea una figura con dotes imperiales que pretende quedarse con todo, a pesar de haber sido electo con una minoría que le resta legitimidad.
El escaso imperio de la ley y la corrupción, son males que según los autores nos ha hecho mucho daño a los latinoamericanos, son factores que definitivamente nos han castrado la oportunidad de alcanzar el desarrollo, todo lo contrario con los Estados Unidos, en donde el imperio de la ley es sacrosanto para la gran inmensa mayoría de sus ciudadanos.
En lo referente a los hábitos informales, como dije anteriormente, corresponde al comportamiento de los ciudadanos frente a los hábitos formales (imperio de la ley, federalismo, sistemas electorales, sistema jurídico, derecho de propiedad y poder ejecutivo) en donde se concluye que en los países latinoamericanos existe un escaso imperio de la ley e irrespeto constante a las normas, federalismo, sistemas electorales y demás factores formales.
La desigualdad social, viene a ser el tercer factor que explica la brecha entre américa latina y los Estados Unidos, textualmente las conclusiones dicen los siguiente: “la desigualdad deslegitima el sistema político, genera movimientos sociales y actores políticos contrarios al sistema y prepara la escena para una amarga polarización social y una lucha por la participación de suma cero. Esto es lo que ha venido sucediendo en países como Venezuela, Ecuador y Bolivia, donde políticos populistas se han empeñado en consolidar el poder ejecutivo, desmantelar las instituciones democráticas, revertir las reformas económicas liberalizadoras y promulgar políticas sociales que cuentan con el amplio apoyo de los pobres pero son insostenibles a largo plazo”
Una vez determinado los factores que explican la brecha, los autores nos indican que hacer, son cuatro los ingredientes de la fórmula: 1. Establecer políticas económicas basadas en un banco central autónomo y con técnicos altamente preparados. 2. Establecer todas las reformas que sean necesarias, las cuales serán medidas a través de sus resultados, las mismas deben ser formuladas y ejecutadas por expertos en cada una de las materias. 3. “prestar atención a la actividad política” la política debe ser ejercida por los mejores, los más preparados, es necesario para ellos contar con diversidad de instituciones de alto nivel para formar un capital humano competente, capaz de llevar adelante la actividad política. 4. “política social inteligente” convertirse en lo que William Easterly llama un INDAGADOR, o sea, un empresario de la política social decidido a experimentar con nuevos métodos, aprender de los demás y, sobre todo, abandonar propuestas que no son fructíferas”
El diagnostico esta hecho, la receta está servida, en nuestras manos llevarla a cabo.
José Lombardi
Presidente Copei Maracaibo