La periodista Maru Morales, el 01 de noviembre de 2014, publicó en el Diario El Nacional, un reportaje, titulado: “Maduro ha encadenado 256 horas en 22 meses.”
“¿Se imagina que durante 10 días seguidos, al sintonizar cualquiera de las 1.077 estaciones de radio o 117 canales de televisión venezolanas solo apareciera en pantalla la misma persona hablando?.”
Algunos venezolanos, nos expresan en nuestras visitas a los barrios, que ese valioso tiempo que se ha utilizado en los últimos diecisiete años de la era “revolucionaria” en largas horas de cadenas de radio y televisión nacional, para charlar sobre temas que en nada resuelven los problemas puntuales del País y de los venezolanos, se hubiesen utilizado para dirigirse al pueblo y ofrecer soluciones, o dar a conocer al soberano, el plan del gobierno para impulsar la producción nacional, eliminar las colas, acabar con la escasez, disminuir los niveles de inflación, y declararle la guerra al combate de la inseguridad personal, la realidad, hoy fuera otra.
Tomar para la reflexión publica, algunas referencias históricas sobre acontecimientos tan lamentables como las consecuencias derivadas de la II guerra mundial, donde gran parte del dinero del Plan Marshall, se destinó a mitigar el hambre de los ciudadanos y a ayudarlos a salir de la indigencia; así como, a los grandes grupos industriales, puesto que se pensó que su regeneración era esencial para la reconstrucción europea.
Durante esos años, se llevó a cabo una política liberal, basada en la eliminación de la planificación centralizada y en la restauración de la economía de mercado en Europa, huyendo de la planificación extrema que había imperado durante la época nacional, socialista. Pero también se consideró que uno de los factores fundamentales fue ajeno al Plan Marshall, y consistió en la reforma monetaria realizada en 1948.
Se destinaron recursos principalmente a préstamos para empresas implicadas en la reconstrucción, ayudando enormemente a la reindustrialización del país.
Otra iniciativa bastante más barata, pero no por ello poco efectiva, fue el Programa de asistencia técnica. El programa reunía grupos de ingenieros e industriales europeos y los llevaban a los Estados Unidos a visitar minas, fábricas y fundiciones para que pudieran copiar los adelantos tecnológicos en Europa. Al mismo tiempo, unos cuantos centenares de consejeros técnicos estadounidenses fueron enviados a Europa, con el fin de conseguir salir rápidamente de la crisis.
Diputado Freddy Paz
@freddyspaz