Como un buen maître, el aeropuerto del futuro lo reconocerá, lo saludará por su nombre y sabrá exactamente adónde llevarlo.
Aeropuertos en distintas partes del mundo avanzan en esta dirección. En el Aeropuerto Gatwick de Londres, balizas de localización lo identifican a través de su smartphone y le indican cómo llegar a su puerta de embarque, al estilo de un GPS, señalando por el camino lugares de comida y tiendas. En Düsseldorf, Alemania, robots estacionan su auto cuando parte o lo llevan de vuelta a la acera cuando aterriza, vinculando su itinerario con la placa del vehículo. Investigadores están desarrollando robots capaces de despachar las maletas y devolverlas a los pasajeros minutos después del aterrizaje.
Sistemas de reconocimiento facial agilizan su paso por los controles de pasaporte, como ocurre en el Aeropuerto Internacional Dulles, cerca de Washington. Algunos aeropuertos utilizan sistemas de reconocimiento facial para seguir sus movimientos en las terminales. Las puertas de embarque en algunos aeropuertos están automatizadas con puertas que se abren como un molinete de metro cuando el pasajero escanea su tarjeta de embarque o muestra su reloj inteligente.
En las estaciones áreas del futuro, las señales direccionales estarán sólo de respaldo. Los quioscos de registro estarán escondidos en un rincón. Los agentes humanos quizás sean más innecesarios que nunca.
La idea es reducir costos, acelerar los viajes y hacer los aeropuertos más agradables. En teoría, los viajeros estarán más relajados, con tiempo para trabajar, comprar o disfrutar de entretenimiento, ya que el aeropuerto hará el seguimiento de su tiempo y localización y les dirá dónde tienen que estar. Los viajeros tendrán que preocuparse menos si se sientan en un buen restaurante cuando un vuelo esté retrasado, en vez de acampar en la puerta de embarque.
El aeropuerto “se vuelve divertido otra vez”, dice Terry Hartmann, vicepresidente de transporte y aplicaciones de industria de Unisys Corp. UIS -2.21% , que desarrolla la tecnología de algunas de las nuevas funcionalidades de los aeropuertos. “Sientes que sabes lo que está pasando, interactúas con el entorno y viajar es una experiencia agradable”.
Por supuesto, los aviones aún tendrán asientos apretados y las aerolíneas aún llegarán habitualmente tarde. Sin embargo, los viajeros no tendrán que llegar 90 minutos antes de su vuelo si saben que las filas y caminatas son cortas. Aquellos preocupados de que el aeropuerto sea demasiado invasivo podrán optar por apagar su conexión de Bluetooth.
En junio, Unisys anunció que había completado la fase de pruebas iniciales de un sistema de reconocimiento facial en Dulles para ayudar a la Oficina de Aduana y Protección Fronteriza de Estados Unidos a identificar a impostores que intentan entrar al país. Los nuevos pasaportes tienen un chip incrustado con información, incluida tu foto. Los sistemas de reconocimiento facial, también en uso en el Reino Unido, Portugal, Australia, Nueva Zelanda, Alemania y otros países, comparan la cara del viajero con el pasaporte y le asignan una puntuación. Si la nota es suficientemente alta, el agente de control de pasaportes puede estar más seguro de la identidad del viajero que con el sistema actual de ojear a las personas que entran al país.
“Asegurarse manualmente de que la persona enfrente tuyo es la misma que la persona en una foto de hace cinco años es difícil”, explica Hartmann.
En Gatwick, sistemas estiman las filas en tiempo real en puntos de seguridad e inmigración. Algunos países tienen puntos de control de fronteras donde el sistema de reconocimiento facial automáticamente deja pasar a las personas al país sin ver a un agente. En EE.UU. no han llegado tan lejos, en parte porque no hay suficientes viajeros que tengan un chip en su pasaporte.
El Aeropuerto Internacional de San Francisco tiene 350 balizas de localización instaladas en la Terminal 2 y está probando una aplicación que puede dar indicaciones auditivas a pasajeros con dificultades visuales. American Airlines se ha apuntado al lanzamiento de balizas para ayudar a pasajeros a encontrar su camino, empezando por el Aeropuerto Internacional de Dallas-Fort Worth.
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