Judith Sukerman: Prohibido sentir calor o frío

Judith Sukerman: Prohibido sentir calor o frío

thumbnailjudithsukermanHace algún tiempo leí que Pol Pot, el sanguinario dictador camboyano, tras llegar al poder prohibió que se difundiera la temperatura y decretó una temperatura oficial para que los camboyanos vivieran siempre bajo un clima ideal.

Algo parecido, estamos viviendo los venezolanos. El gobierno se ha empeñado en tratar de ocultar la realidad, censurando, persiguiendo y hostigando a los medios de comunicación social que pretendan mantenernos informados de lo que acontece.

Durante el día viernes de la semana pasada sucedieron en las ciudades de San Félix, Puerto Ordaz y Upata, saqueos y disturbios, que concluyeron con el asesinato de un padre de familia y el encarcelamiento de más de 60 ciudadanos, mientras en los medios televisivos oficiales – y en los que, sin serlo, han asumido la autocensura como forma de sobrevivencia- transmitían una programación totalmente ajena a estos acontecimientos.





Situaciones similares, aunque en menor escala han ocurrido recientemente, en otras partes del país, y solo a través de redes sociales hemos podido conocer la magnitud de lo sucedido. Nos ha tocado a los ciudadanos convertirnos en reporteros de nuestra realidad.

El estudio más reciente del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, contabiliza 56 saqueos y 76 intentos de saqueos entre enero y junio de 2015, destacándose que, en ese mismo período, se produjeron 2.836 protestas en el país, siendo el 83% de ellas originadas por exigencias sociales, a diferencia del primer semestre de 2014, cuando la mayoría de las protestas se debieron a demandas políticas.

Aunque el gobierno se niegue a reconocerlo, la gente tiene hambre, cada día hay menos alimentos y el poder adquisitivo es menor. Los estantes en mercales, pdvales y abastos bicentenarios están tan vacíos como los de la red privada de distribución de alimentos. Y aunque en el interior del país es más profundo el desabastecimiento, ya en Caracas tampoco se pueden ocultar las colas y el descontento popular.

Cuando uno escucha a Maduro y a los defensores de este régimen, declarar que no existen carencias, ni desabastecimientos, ni inflación, ni inseguridad y que el país avanza a “paso de vencedores” es imposible no preguntarse ¿estarán hablando de su situación personal o burlándose de todos nosotros?

Aunque cada vez que prendamos la televisión estén pasando comiquitas, o peor aún, cadenas que dibujen un país inexistente, aunque obliguen a todos los periódicos a dejar de circular por falta de papel, aunque cierren todas las radioemisoras con programas críticos, aunque el BCV no publique más nunca los índices de inflación y niveles de pobreza,, no podrán seguir ocultando una realidad que nos explota en la cara a diario.

Todos los venezolanos, hasta las elites boliburguesas, saben cuál es la realidad, a la mayoría nos resulta hoy imposible obtener suficientes alimentos y garantizar nuestra salud. Es un drama conseguir productos tan básicos y necesarios como la leche, o nuestra tradicional harina de maíz, pañales para nuestros hijos, las medicinas de nuestros abuelos, aunado a lo costoso que se convertido sobrevivir en Venezuela.

Lo preocupante de esto es, que a pesar de las terribles repercusiones de esta situación y de las señales de alarma que indican que estamos al borde de una crisis humanitaria, el gobierno se niega a tomar acciones realistas, persiste en seguir con su política del avestruz, procurando distraer la atención hacia los temas políticos, evadiendo los económicos.

Para enfrentar las soluciones que requiere el país, es necesario implementar políticas económicas que no satanicen al mercado y la libre empresa, sin perder de vista, obviamente, el humanismo, la solidaridad y la justicia social. Es necesario erradicar las causas de la crisis y no atacar sus consecuencias. Y nada de esto lo puede hacer Maduro, ni el grupito de enchufados que lo acompañan. Han demostrado con creces su ineptitud y la corrupción voraz de su actuación.

La alternativa democrática, ha presentado al país, propuestas concretas, basadas en realidades y en estudios realizados por expertos, para salir de la crisis. Tenemos que salvar a Venezuela, no la dejemos en manos de quienes quieren prohibir el termómetro para que no sintamos ni calor ni frio.

@judithsukerman /judithsukerman@yahoo.com