El diario The Wall Street Journal cuestiona este sábado en un editorial la afirmación del Secretario de Estado John Kerry el viernes en La Habana respecto a que únicamente a los cubanos corresponde dar forma al futuro de Cuba.
“Ojalá fuera cierto”, dice el diario neoyorquino sobre estas palabras de Kerry en la ceremonia de izado de la bandera en la nueva Embajada de Estados Unidos, y agrega que la realidad es que el futuro de Cuba aún está reservado para que le den forma los hermanos Castro y sus camaradas políticos, algo que, dice, no ha cambiado un ápice desde que el presidente Obama decidió reconocer al régimen cubano en diciembre.
“Ciertamente, no hay mucho que mostrar hasta el momento como resultado del acercamiento de EE.UU. a Cuba”, apunta el Journal, y enumera la muy anhelada nueva legitimidad mundial que Washington ha otorgado al gobierno de los Castro y los militares; el alivio de las restricciones de viaje a la isla; y el cabildeo de la Administración Obama e intereses empresariales estadounidenses para que el Congreso derogue el embargo.
“Lo que no ha cambiado”, observa al editorial, “es la vida para los cubanos de a pie que no están vinculados a la élite gobernante”. Precisa que aún se les paga en pesos sin valor, incluso si trabajan para empresas extranjeras que recompensan al gobierno por su trabajo con divisas; que pueden ser arrestados si se valen de la Internet para enterarse de noticias independientes sobre el mundo o Cuba; y que lo serán si protestan contra el gobierno. El matutino recuerda que sólo el domingo pasado el gobierno detuvo por cuatro horas y media a 90 cubanos que escenificaban una protesta.
El editorial repara asimismo en otra afirmación del secretario Kerry en la sede diplomática frente al Malecón: “Los dirigentes en La Habana y el pueblo cubano deben saber también que Estados Unidos será siempre un paladín de las reformas y los principios democráticos.
“Nos gustaría pensar que esto también es cierto”, dice, “pero EE.UU. no invitó a Yoani Sánchez, una importante bloguera cubana detestada por el régimen, al evento de la Embajada”. Menciona asimismo la no acreditación de medios en español de Miami, aunque sí la de las grandes cadenas estadounidenses, si bien sólo para registrar el histórico día.
El Wall Street Journal recuerda que en la antigua Sección de Intereses de Estados Unidos los cubanos podían encontrar algún apoyo, y en ocasiones, protección. Y termina diciendo que sería una vergüenza si, en nombre de la apertura de los cubanos al mundo exterior, la nueva Embajada se convirtiera en un lugar al que los disidentes temen entrar, porque Estados Unidos no quiere echar a perder sus mejores relaciones con los Castro.