Michael Riggio e Ivan Iskenderian, dos pescadores que regresaban de faenar se encontraron con una ballena franca austral en el puerto ubicado en el Estado de Nueva Gales del Sur, el más antiguo y poblado de Australia. El cetáceo se acercó al barco nadando en círculos e incluso propinando un golpe a la embarcación, tratando desesperadamente de pedir ayuda.
La ballena “se acercó al barco un par de veces, sacando la cabeza fuera del agua. Tenía una bolsa de plástico y líneas de pesca atascadas justo en su boca, y parecía como si quisiera que se lo sacaran. Fue muy inquisitiva, sacando sus ojos fuera del agua y mirándonos”, dijo Iskenderian.
Ivan Iskenderian logró alcanzarla y retirarle la red de líneas de pesca y el plástico de la cabeza. “No lo podía creer, estábamos riendo, no podía creer lo que estaba pasando”, añadió.
Vía Rt.com