Una ciudad portuaria siciliana que recibió los cadáveres de 49 migrantes, como también más de 300 rescatados en el Mediterráneo, canceló el lunes su festival anual de fuegos de artificio mientras se procedía al funeral de las víctimas de un nuevo viaje desesperado.
AP
Huyendo de la guerra, la persecución y la pobreza, más de 2.300 migrantes han muerto en el mar en lo que va del año. La ruta entre Libia, donde operan los traficantes, y el sur de Italia es la más mortífera hasta ahora.
Por lo general, se depositan féretros en los puertos cuando llegan los buques de rescate con los cadáveres de los migrantes que murieron en la travesía. Esta vez, como llegaron tantos cadáveres simultáneamente, una grúa asió el contenedor con los cuerpos y lo depositó sobre un camión para transportarlos a la morgue.
El vicealcalde de Catania Marco Consoli dijo que el tradicional festival de fuegos de artificio se canceló “por respeto a los 49 muertos”. En cambio se soltarán 49 globos blancos, dijeron versiones periodísticas locales.
La armada italiana halló a los migrantes, que al parecer murieron al inhalar emanaciones del combustible dentro de un barco pesquero atestado. Oficiales de la guardia costera italiana dijeron que entre los sobrevivientes hay varias viudas de las víctimas. El entierro será en el cementerio de Catania.
Simultáneamente, una patrullera de la guardia costera croata que participa en la misión europea de rescate trajo a Reggio Calabria 354 sobrevivientes y un cadáver hallado en un barco pesquero, dijo la guardia costera italiana. El mar picado dificultaba la tarea de rescate.
Como las ciudades del sur ya no tienen espacio en sus refugios para solicitantes de asilo, los sobrevivientes serán enviados al norte.