El padre de la joven reportera Alison Parker, asesinada este miércoles mientras informaba en directo junto a su camarógrafo, aseguró hoy que no descansará hasta que Estados Unidos encuentre una forma de arrebatar las armas de las manos de las personas con enfermedades mentales. EFE
“Tenemos que encontrar una forma de alejar a los locos de las armas. Las personas que son inestables mentalmente, de alguna forma son capaces de obtener armas”, repitió en varias entrevistas con medios locales Andy Parker, el padre de la reportera fallecida, de 24 años, que trabajaba con la cadena WDBJ7, filial de la CBS.
Este miércoles, a las 06.45 hora local (10.45 GMT), el camarógrafo de 27 años Adam Ward y la reportera murieron por los disparos de su excompañero de trabajo Vester Lee Flanagan, conocido como Bryce Williams en los medios, mientras informaban en vivo.
Flanagan, quien había sido despedido hacía dos años por la cadena, emprendió después del tiroteo una huida de más de cinco horas en la que finalmente se disparó a sí mismo cuando estaba acorralado por las autoridades y falleció más tarde en el hospital al que fue trasladado.
“¿Cuántas veces más vamos a ver estos incidentes? Ya sabes, Newtown, Charleston, las salas de cine, lo que sea. Esto tiene que parar”, reclamó Parker, mencionando algunas de las más dolorosas masacres del país como el tiroteo del pasado junio en Charleston (Carolina del Sur) en el que un joven blanco asesinó a nueve feligreses de una iglesia negra para iniciar una “guerra racial”.
El padre de la reportera también hizo referencia al tiroteo en 2012 en una escuela de Newtown (Connecticut) en el que murieron 20 niños y tras el cual el presidente de EE.UU., Barack Obama, comenzó a presionar al Legislativo para aprobar leyes más restrictivas sobre el control de armas.
Los esfuerzos de Obama no tuvieron éxito y este miércoles la Casa Blanca insistió en la urgencia de que el Congreso actúe con “sentido común” para reducir la violencia armada en el país.
En el tiroteo también resultó herida una mujer a la que estaba entrevistando Parker y que se recupera favorablemente en un hospital.
En una rueda de prensa hoy a las puertas del canal de televisión, Jeffrey A. Marks, presidente y gerente de la cadena, explicó que Flanagan, afroamericano, trabajó para WDBJ7 entre marzo de 2012 y febrero de 2013 y cuando fue despedido reaccionó enfadado y tuvo que ser escoltado por la Policía fuera del edificio.
En ese momento, según explicó el jefe de la cadena, el autor de los disparos dio a uno de los directivos una cruz de madera diciéndole “necesitarás esto”.
Flanagan envió por fax un documento de 23 páginas a la cadena ABC tras el tiroteo para justificar que su ira “había ido creciendo poco a poco” a causa de presuntos casos de discriminación racial y acoso sexual, por los que interpuso una demanda contra la cadena, aunque todavía se desconoce si ese fue el motivo del crimen.
El tiroteo y las imágenes que resultaron de la retransmisión han conmocionado al país y a los trabajadores de la cadena, a cuyas puertas se acumulan las velas, los peluches y las menciones para homenajear a los dos reporteros fallecidos.