Las elecciones legislativas en Grecia tras la dimisión del primer ministro, Alexis Tsipras, tendrán lugar el 20 de septiembre, según el decreto presidencial publicado este viernes, con el partido de izquierda radical Syriza en cabeza en intención de voto pese a su escisión.
AFP
El presidente de la República, Prokopis Pavlopoulos, eligió como fecha para los comicios legislativos anticipados en Grecia el 20 de septiembre, el mismo día que había avanzado Tsipras al dejar el cargo hace ocho días.
La oposición de derecha y el nuevo partido Unidad Popular, formado por los 25 diputados disidentes de Syriza, deseaban que los comicios fueran una semana después para tener más tiempo para la campaña electoral.
El anuncio, que da inicio a la apertura oficial de la campaña, llegó poco después de que la primera ministra interina, Vassiliki Thanou, inaugurara su primer consejo de ministros.
Tsipras, que cuenta con ser reelegido gracias a su popularidad entre los griegos a pesar de los reveses sufridos por su partido, no había esperado al anuncio oficial para iniciar la batalla.
“El pueblo griego va a dar un mandato fuerte para el presente y el futuro” en las elecciones, predijo en una declaración publicada este viernes por el periódico del partido, Avgi. “Grecia no puede volver atrás y no volverá atrás”, añadió.
A pesar de la deserción de parte de sus diputados, Syriza sigue liderando las intenciones de voto con un 23%, según un sondeo del instituto ProRata para el diario de izquierdas Efimerida ton Syntakton publicado este viernes.
La formación saca una ventaja de 3,5 puntos al derechista Nueva Democracia, que obtendría un 19,5% según la encuesta, y con los que Tsipras ya rechazó formar una coalición.
La nueva formación, Unidad Popular, fundada por los desertores de Syriza y liderada por el euroescéptico Panagiotis Lafazanis, lograría entrar al parlamento al superar el umbral del 3% de los sufragios, con un 3,5% de intenciones de voto.
No obstante, un 25,5% de los encuestados se declararon aún indecisos.
Los griegos votarán así por tercera vez en este movido año, en el que el país tuvo que aceptar más austeridad a cambio de un tercer plan de ayuda de hasta 86.000 millones de euros.
Estos comicios son además el quinto sufragio en seis años en un país duramente afectado por la crisis, con una tasa de desempleo superior al 25%.
‘No perder el tiempo’
Las nuevas medidas económicas, entre ellas un aumento del IVA, fueron precisamente las que motivaron la escisión en Syriza.
El líder de la nueva formación de los disidentes, Lafazanis, repitió en los últimos días que no excluía una salida de Grecia de la zona euro.
Tsipras espera que la renovación de los 300 escaños del parlamento le permita reafirmar su base.
La cartera de Finanzar recayó en George Chouliarakis, principal negociador de Grecia para la puesta en marcha del tercer plan de ayuda en Bruselas.
Durante el traspaso de poderes con su predecesor Eucleides Tsakalotos, el nuevo ministro subrayó que “el objetivo principal” del gobierno interino es “no perder el tiempo”.
“Hay que avanzar para consolidar la economía griega lo antes posible (…) y restablecer la confianza”, afirmó.
De la misma forma, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, recordó, en una carta de felicitación dirigida a la nueva primera ministra griega, “la necesitad de realizar reformas a tiempo para garantizar el éxito del programa” firmado entre Atenas y Bruselas.
A pesar de los reveses, Tsipras, que se convirtió en enero en el primer jefe de gobierno europeo procedente de un partido de izquierda radical, sigue siendo muy popular entre los griegos, muy apegados a su pertenencia al euro.
En estos ocho meses, el país ha experimentado un cierre de los bancos a finales de junio, un control de capitales y la celebración de un referéndum, el 5 de julio, sobre las propuestas europeas para ayudar a Grecia.
Un 62% de los griegos se opusieron al plan de ayuda europeo pero, apenas diez días después, Tsipras cedió ante sus socios comunitarios para evitar un “Grexit” que, según el entonces dirigente, habría tenido consecuencias catastróficas para Grecia.