El número de colombianos que ha salido de Venezuela desde que comenzó hace diez días la crisis fronteriza entre ambos países asciende ya a más de 8.250 personas entre deportados y ciudadanos que se han marchado voluntariamente, según recientes datos oficiales del Gobierno de Colombia.
Según informó a Efe el puesto de mando unificado que el Ejecutivo colombiano mantiene en la frontera, cerrada parcialmente desde la medianoche del 19 de agosto pasado, se contabilizan 1.097 deportados por Venezuela, en tanto que unas 7.162 personas han abandonado el país vecino por temor a correr la misma suerte.
Mientras, al menos 2.333 colombianos permanecen en los albergues dispuestos para su recepción.
En la ciudad colombiana de Cúcuta, principal paso fronterizo con Venezuela por su vecindad con San Antonio, en el estado Táchira, se concentra el grueso de la asistencia humanitaria para atender a estos colombianos, que llegan cargando los pocos enseres que pueden transportar en su carrera por abandonar Venezuela.
La crisis fue desatada después de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenara cerrar ese paso fronterizo tras un ataque de supuestos contrabandistas a un grupo de militares venezolanos.
Además, el mandatario ha denunciado la presencia de supuestos paramilitares colombianos en la zona y ha establecido una lucha frontal contra el contrabando.
Para revisar cómo se desarrolla la asistencia, la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, María Ángela Holguín, visita hoy Cúcuta, donde se espera que arribe a lo largo de la jornada el presidente, Juan Manuel Santos.
Al cierre entre Cúcuta y San Antonio se une hoy el estado de excepción que decretó ayer Maduro en cuatro municipios venezolanos del estado de Táchira que ejercen como puntos de cruce alternativos a los pasos internacionales importantes.
Con esta nueva orden son ya diez los municipios vedados para la circulación fronteriza entre ambos países por decisión del mandatario venezolano.
Colombia y Venezuela comparten una frontera de 2.219 kilómetros con tres puestos migratorios terrestres en Paraguachón (La Guajira), Cúcuta (Norte de Santander) y Arauca (Arauca), y uno fluvial en Puerto Carreño (Vichada), y el resto son cruces ilegales, muchos de ellos en zonas selváticas.
EFE