Ecuador considera improbable en su frontera con Colombia un “escenario” como la crisis fronteriza que vive ese país con Venezuela, aseguró hoy el viceministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores, Leonardo Arízaga.
EFE
“Nosotros no avizoramos un escenario en ese sentido”, afirmó Arízaga a Efe en la Embajada de Ecuador en Washington, donde se encuentra esta semana de visita.
La crisis estalló después de que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ordenara el cierre de parte de la frontera con Colombia el pasado 19 de agosto para luchar contra el contrabando y la presencia de “paramilitares” colombianos.
Desde entonces, más de 20.000 colombianos residentes en Venezuela han vuelto a Colombia, la mayoría por voluntad propia y el resto expulsados, según datos de la ONU, y la tensión ha ido creciendo entre ambos Gobiernos.
Aunque la frontera entre Ecuador y Colombia también sufre el azote del contrabando, Arízaga no cree que ahí pueda surgir el mismo problema.
“Nosotros tenemos una relación muy estrecha e intensa con Colombia. Es nuestro segundo socio comercial, después de EE.UU. Es un país con el que tenemos vínculos históricos”, subrayó.
“Y el Ecuador tiene en su seno 55.000 refugiados colombianos y cientos de miles de colombianos que viven en el Ecuador contribuyendo a nuestro desarrollo”, señaló Arízaga.
“Lo que más queremos en el Ecuador es que Colombia viva en paz. Colombia se merece vivir en paz”, señaló el vicecanciller, quien apoyó las negociaciones de paz que celebran en La Habana el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Arízaga abordó ese asunto un día después de que el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, anunciara la reunión de mañana en Quito entre la canciller colombiana, María Ángela Holguín, y su homóloga venezolana, Delcy Rodríguez, para hallar una salida a la crisis.
Patiño, como canciller del país que ejerce la presidencia de turno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), y su homólogo Rodolfo Nin Novoa, de Uruguay, país que ostenta la de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), acudirán a esa cita.
Sobre qué espera Ecuador, como mediador en la disputa, de ese encuentro, el vicecanciller abogó por no “adelantar qué va a pasar” y subrayó que “el solo hecho de que se lleve a cabo, es una demostración de que nuestras instituciones en la región funcionan”.
El viceministro destacó que “esos organismos, Unasur y Celac, fueron creados para eso. Para que los latinoamericanos podamos resolver nosotros nuestros propios problemas”.
Sin embargo, el “número dos” de la diplomacia ecuatoriana se mostró “crítico” con la Organización de Estados Americanos (OEA), donde su país -junto a Haití, Nicaragua, Bolivia y Venezuela- rechazó el pasado 31 de agosto convocar una reunión de cancilleres de los 34 países miembros para tratar la crisis fronteriza.
“La OEA, para el Ecuador, es una organización en la que tenemos que tratar los temas de la región con EE.UU. y Canadá, pero los problemas y desafíos que tenemos en la región los tenemos que resolver nosotros”, argumentó el vicecanciller.
Durante su visita a Washington, Arízaga asistió esta semana a la XIX Conferencia Anual del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y tenía previsto reunirse hoy con la subsecretaria de Estado para Latinoamérica del Departamento de Estado de EE.UU., Roberta Jacobson.