La niebla tiene algo de magia, de misterio e incluso de fantasmagórico. Difumina los perfiles de las ciudades y te invita a intuir el paisaje que te rodea. Es como un juego. Poco a poco, la bruma se desvanece y las ciudades parecen despertarse de un aletargado sueño. Un sueño lleno de belleza que disfrutamos a través de estas imágenes…
Foto: Corbis. Texto: Almudena Martín — Dubái es otra de las grandes ciudades de rascacielos que parece casi borrada por una densa niebla. En la foto, podemos ver (o mejor intuir) la carretera Sheikh Zayed. Este capricho de la meteorología causa a veces el caos en la ciudad.Imagínate caminar totalmente a ciegas…
Foto: Corbis. Texto: Almudena Martín — El Santuario de Covadonga es otro destino que nos encanta visitar con niebla. Al estar encajado en un valle entre las montañas y el mar, es muy común que el santuario se cubra de nieblas matutinas. Una escena que hace que el paisaje parezca encantado. Puede que las brujas, las meigas o los duendes tengan también algo que ver en ello…
Foto: Corbis. Texto: Almudena Martín — Ni siquiera la niebla puede hacer que la ciudad de la luz brille menos. Las brumas hacen que París sea un poco más nostálgica, más romántica si cabe. Atento, verás desaparecer parte de la Torre Eiffel bajo su embrujo.
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