Jessica Loreto y Omaira Díaz llegaron cerca de las 6:00 de la mañana hacer la cola a las afueras del Abasto Bicentenario ubicado en el Centro Comercial Zulia, en Alta Vista, Puerto Ordaz. Las mujeres se trasladaron desde Palital (estado Anzoátegui) hasta Ciudad Guayana para comprar varios productos de la canasta básica, reseñó El Correo del Caroní.
Por Pableysa Ostos
Admiten que por la hora que llegaron ya eran las últimas de la cola, por lo que difícilmente lograrían entrar a buena hora para comprar. Cerca de las 10:00 de la mañana de ese sábado –relatan, un hombre uniformado como funcionario castrense se les presentó como José Francesco Díaz Natera, supuestamente, efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
El joven, de unos 28 años aproximadamente, presuntamente les dijo: “de aquí a que entren al supermercado no habrá nada. Yo tengo 30 bolsas de comida, vienen surtidas; valen 500 bolívares. Como lo vimos vestido de funcionario nos confiamos y accedimos a cancelar lo que pedía”. Esto atestiguó Loreto a las afueras del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
“Yo (Jessica Loreto) compré tres bolsas de comida; mi hermano, dos y Omaira, dos más. Nosotros tres nos vinimos desde Palital. El resto de los afectados eran personas de aquí, de Ciudad Guayana”, sumó la víctima.
El hombre también les aseguró que conseguía pacas de arroz, harina de trigo y harina PAN, cada una en 3 mil bolívares. “Entre los que estábamos recogimos el dinero para comprar las pacas y luego dividirnos el producto. Cada uno le dio alrededor de 4 mil 500 bolívares”.
Modus operandi
Según lo relatado por las mujeres, Díaz Natera les quitó sus cédulas y el dinero en efectivo. “Nos dijo que iban pasando de 40 en 40 personas, y que al entrar al supermercado si nos pedían las cédulas le dijéramos al teniente Rojas o a cualquiera de los guardias nacionales que estuvieran: ‘estamos en la jugada’. Luego debíamos tomar cualquier producto que aún quedara, que en ese caso era leche líquida, y trasladarnos hasta la caja 8 donde según estarían las bolsas de comida”.
Las mujeres aseguran que al ingresar al supermercado los castrenses no entendieron a qué se referían, por lo que les explicaron lo que les había sucedido afuera. “Ellos nos admitieron que existe un teniente Rojas, pero que para ese momento no estaba. Otro nos dijo: ‘pero señalen quién fue y lo detenemos de una vez’; pero el hombre ya no estaba por ningún lado”.
El supuesto guardia nacional les había comentado a los timados -según relataron- que del Abasto Bicentenario iría al único Pdval de la ciudad y al Hipermercado Makro, por lo que presumen que el timador aplica el mismo método en los establecimientos.
“Él nos dio un número de teléfono, pero cuando llamamos era el de su mamá. La señora está en Valencia y nos dijo que él estaba en el punto de control que hay en Palúa, en San Félix”, agregó Jessica Loreto.
Necesidad
Las mujeres confiesan que por cuestiones de tiempo accedieron a pagar el dinero. “Nosotras trabajamos y no podíamos perder el día. Allá en Palital no conseguimos nada así que vimos como una oportunidad el ofrecimiento que nos hizo el hombre”.
“Ahora nos quedamos sin el dinero y sin la comida. Me gasté todo lo que tenía en eso. Abusó de nuestra necesidad”, agregaron las víctimas.