Este momento electoral nos obliga a salir a la calle a encontrarnos con todos los venezolanos, a visitarlos en su casa, en sus sitios de trabajo o de estudio, en las canchas que improvisan en las calles o en los espacios deportivos o de recreación. Este es el momento de profundizar nuestra solidaridad con ese pueblo que ve sus oportunidades desvanecidas, con los niños que en su inocencia juegan con la basura o el agua sucia, con los padres a quienes se les hace difícil proveer a sus hijos de lo básico para subsistir, con los jóvenes que estudian para graduarse de desempleados, o con los que tienen el sueño de emigrar para convertirse en extranjeros con alguna esperanza, o con los que se quedan aquí y se casan para vivir arrimados y dependientes. Solidaridad es lo menos que podemos ofrecer a las mujeres y hombres que hacen colas interminables para abastecerse de algunos productos de la cesta básica, a los que cansados de la cola deciden comprar esos productos a precios elevadísimos, a quienes han tenido experiencias imborrables con la inseguridad, a quienes sufren las precariedades de pésimos servicios de aguas blancas y servidas, de transporte público o de electricidad, por sólo mencionar algunos.
Allí debe estar el foco de esta campaña. Nuestro pueblo objetivo está allí, en esos espacios, esperando por nosotros. Cuando nos encontramos con ellos, vemos en su cara el sufrimiento pero también una sonrisa de esperanza. La gente quiere cambio. Me he encontrado a muchísimas personas que algunas vez creyeron y votaron por quienes nos gobiernan y sienten frustración y muchas veces rabia. A esa gente debemos abordarla con todo el respeto que merece. Y debemos ofrecerle el mensaje sincero de quienes pensamos que el Estado y el Gobierno son para servir a los ciudadanos, no para utilizarlos. Vamos a decirles que lograr una mayoría de la unidad democrática en la Asamblea Nacional puede ser el inicio de un cambio que nos llene a todos de oportunidades para mejorar nuestra situación y vivir mejor. Vamos a contarles que aprobaremos leyes para impulsar la producción nacional y eliminar las colas, para combatir la delincuencia desde la prevención, la represión y el ataque a la impunidad, para descentralizar y poner la solución de los problemas donde éstos se producen. Vamos a manifestarles que el parlamento tiene una gran oportunidad de controlar a los demás poderes públicos para que actúen a favor del pueblo.
No me canso de decir que Venezuela es un gran país. Así lo creo. Así lo sueño. Ese país podemos construirlo con el esfuerzo de todos. No perdamos el foco. Lo bueno viene ya.
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@JuanPGuanipa