El papa y…
La visita del Papa Francisco a Cuba se caracterizó por su postura ante el régimen dictatorial de los Hermanos Castro, la cual fue de lo neutro a lo complaciente, llegando hasta el envío de saludos y consideraciones especiales y la presentación de sus respetos en visita personal a Fidel Castro.
Quienes hemos criticado esta postura del papa Francisco hemos sido llamado “descerebrados” por el filósofo Fernando Mires, ver: http://polisfmires.blogspot.com/2015/09/fernando-mires-el-papa-fariseo.html. Mires se apartó de su acostumbrada actitud profesoral y racional, para regañar agriamente a quienes consideran que el Papa cometió un grave error al mostrarse obsequioso con un personaje como Fidel Castro, quien representa todo lo que la iglesia católica, en la persona de su máximo representante, debería combatir: tiranía, asesinatos, persecución de la disidencia, corrupción, narcotráfico, promiscuidad e insensibilidad hacia los pobres, características personales bien documentadas del Sr. Castro. Hacia el final de su escrito Mires agrega que “a Dios lo que es de Dios, al Papa lo que es del Papa y al ciudadano lo que es del ciudadano”. Y allí está el problema. La tradición del liderazgo latinoamericano es pródiga en estos casos de desdoblamiento, gracias al cual se pretende que lo que un político hace en esa actividad no debe estar sometido a las mismas reglas éticas que aplican al ciudadano común. Por ello se ha llegado a aceptar que las leyes no aplican al líder. Castro, Chávez, Somoza, Pinochet eran unos vulgares ladrones pero eso era aceptable porque eran los “jefes”. También eran promiscuos (no sé si Pinochet, quien no tenía cara de bailar pegado) pero eso era aceptable por el “estrés” que acompañaba a sus funciones. El narcotráfico permitido y hasta promovido por Castro y Chávez era un “asunto de estado”, no un crimen execrable.
En el caso de Francisco en Cuba, Mires habla de distinguir entre el ciudadano y el Papa. Según esta perspectiva el Papa tendría asuntos de gran importancia geopolítica entre manos y, por lo tanto, puede y debe actuar para lograr sus objetivos. Por ello el fin justifica plenamente los medios. Pero, en mi criterio es imposible desdoblar al Papa y al ciudadano. No es posible que Francisco haya dejado al ciudadano en el hotel mientras hacía la visita a Castro como Papa. Más aún, si el ciudadano Francisco hubiera prevalecido sobre el Papa Francisco esa visita y esas zalamerías a Fidel Castro nunca se hubiesen efectuado. Porque ningún hombre de bien puede coexistir pacíficamente con un malvado, so pena de entregar principios y valores que son sagrados. Quizás tengo una postura ética muy rígida pero ¿es que la ética puede ser flexible? ¿No es acaso una ética flexible el principio de la entrega?
La controversia se acentuará con la visita de Francisco, Papa y ciudadano, a USA. Ya allí, en sus primeras horas, ha dado señales de que lo que no dijo o hizo en Cuba, por “no ser protocolarmente admisible” lo está haciendo en USA, tierra de libertad. Esta es otra característica de los políticos latinoamericanos: melosos e incestuosos en la relación con sus colegas de la región, aunque sean abusadores y corruptos como Nicolás Maduro o Fidel Castro, pero severos y valientes frente al llamado coloso del norte, porque saben que en USA se puede hablar y criticar libremente sin que haya represalias.
En fin, este viaje de Francisco ha sido muy útil para hacer caer caretas por doquier, caretas usadas por quienes piensan que la ética es de plastilina.