Nicolás, bajó del avión bailando “La Pollera Colorá” mientras la Primera Combatiente batía en el aire su lujosísima cartera modelo Black Caviar Double Flap perteneciente a la reconocida firma “Chanel”.
Santos, para no quedarse atrás, recorrió la alfombra, cantando “El Alma Llanera” acompañado de un conjunto con arpa, cuatro y maracas.
El público, que se encontraba en el aeropuerto, viendo aquel show, comenzó a burlarse de los protagonistas y a señalarle que el espectáculo era una burda imitación de los Premios Grammy.
Ya instalados en el Palacio del anfitrión, después de la sesión de fotografías, dieron inicio a la tan esperada reunión. El primero, en tomar la palabra fue el colombiano para hacerle un reclamo a su contraparte: Vea usted paisano, no entiendo porque me señala como un asesino, cuando en realidad soy uno de sus mejores amigos. Diga pues, ante la concurrencia cual es el plan para asesinar a su merced.
-La respuesta de Nicolás, no se hizo esperar: Amigo Santos, no caiga en las provocaciones del imperialismo y de Uribe. Yo nunca he dicho, que un gran amigo como usted quiera asesinarme. Es que a veces confundo su nombre con el del oligarca y cachaco Uribe.
-Ahhhh, yo creía que su merced me tenía arrechera.
-No chico, todo lo contrario, respondió Nicolás. Pero, si tengo que pedirte explicaciones por el ataque de los paramilitares a nuestra gloriosa fuerza armada socialista y patriota.
-Uuuuyyyy, como así? Nuestra canciller, demostró con suficientes pruebas que esa criminal acción fue producto de un ajuste de cuentas entre los propios militares por un “tumbe” de drogas y dólares. Y su merced, no le prestó atención a las pruebas presentadas. Por el contrario, decretaste un “Estado de Excepción” y arremetiste contra los paisanos que habitaban en territorio venezolano.
-Esos pelaos, eran todos Bacahaqueros capitalistas, dijo molesto Nicolás.
-Vea, mis organismos de inteligencia, señalan que la decisión de extraditar a Estados Unidos, unos narcotraficantes vinculados al “Cartel de los Soles” fue la que provoco las medidas del gobierno venezolano para tapar las presuntas vinculaciones con el narcotráfico.
Correa, el mandatario ecuatoriano, al ver que Santos, sacó la computadora del jefe guerrillero Raúl Reyes para demostrar la complicidad existente en la narco guerrilla con vinculaciones de gobiernos extranjeros, hizo un llamado a la calma. Retomemos, el sendero para el cual fuimos convocados. Es decir, busquemos alternativas para restituir “la calma” en la zona fronteriza.
-Es verdad lo que dice el paisa, dijo Santos. Tengo dentro de poco elecciones en mi país y necesito calmar la zona fronteriza, pues mire usted, Álvaro Uribe le está sacando mucho provecho a esta situación y tengo que frenarlo.
-Igual, me pasa a mí, dijo Nicolás, la derecha oligárquica ha avanzado muchísimo en las encuestas y no me ha quedado otro camino que apelar al nacionalismo. Le busque peo a Guyana pero el intento no cuajo. Así, que le di duro a la frontera con Colombia y decrete unilateralmente el Estado de Excepción, que lo voy a extender a todos aquellos estados fronterizos o no, en donde las encuestas digan que estamos perdiendo las elecciones. Razón, tiene el camarada Correa, dejémonos de vaina y “normalicemos” la situación para que todo siga igual.
Al final, los acuerdos se limitaron a la reincorporación de los embajadores y a una reunión de cancilleres. Todo lo relacionado con: Contrabando, narco guerrilla, zonas de alivio de las FARC y el ELN, inseguridad, violaciones del espacio aéreo y las implicaciones militares quedaron para otra ocasión. Se mantendrá la guerra verbal y la violación de los Derechos Humanos en tanto y en cuanto favorezcan electoralmente a los gobiernos de Venezuela y Colombia.
El brindis de cierre, fue amenizado por el Grupo Guayacán y su nuevo éxito musical “Oiga, mire, vea…vengase a Quito para que vea”