Una encuesta realizada en agosto a nivel nacional indica un porcentaje cada vez mayor de la población venezolana cree que las instituciones del Estado están llevando a cabo o facilitando las actividades del crimen organizado.
La encuesta conjunta (verla completa al final de esta nota) del Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), el Observatorio de la Delincuencia Organizada, y el Laboratorio de Ciencias Sociales (LACSO) señala que un gran porcentaje de los venezolanos cree que las fuerzas de seguridad están involucradas en el tráfico de drogas y de armas.
El sondeo se hizo entre 3.500 personas entrevistadas a nivel nacional entre el 17 de julio al 23 de agosto de 2015.
Según la encuesta, el 66 por ciento de los venezolanos cree que tanto la policía como los militares venden armas a los grupos del crimen organizado. Mientras tanto, el 62 por ciento de los encuestados dijeron que creen que grupos narcotraficantes incluyen elementos corruptos de las fuerzas armadas, un aumento notable del 52 por ciento en 2013.
Los venezolanos también son propensos a creer que el gobierno está facilitando el crimen organizado y la corrupción en formas menos directas. Entre 63 y 72 por ciento de los encuestados dijo que las políticas económicas del gobierno han permitido que la corrupción, el mercado negro de cambio de divisas, el contrabando de gasolina y el contrabando y el tráfico ilícito de bienes básicos, o “bachaqueo”
Según Roberto Briceño León, director del OVV y LACSO, el crimen organizado en Venezuela se ha vuelto más sofisticado. “Ha habido una transformación criminal en Venezuela” dijo Briceño León a Infobae. “[Los grupos criminales] han pasado de ser desorganizados a cada vez más organizados, y en algunos casos hay grupos que están compuestos por más de 600 miembros.”
La percepción de fortaleza de los grupos del crimen organizado parece estar teniendo un impacto significativo en la seguridad ciudadana. Setenta y seis por ciento de los encuestados se sienten más inseguros que hace 12 meses, mientras que sólo el 6 por ciento dicen que se sienten más seguros. La mitad de todos los encuestados cree que es “fácil” conseguir a alguien que asesinó en su barrio, muy por encima del 35 por ciento en 2013.
En cuanto a la participación de la ciudadanía en el combate del crimen organizado. el 81,1% afirmó que es muy peligroso denunciar a las bandas delictivas, el 79,8% que es muy peligroso ser testigo en un juicio penal y el 75% cree que no se castiga al delito organizado porque los jueces están amenazados o comprados.
El análisis de InSight Crime (Traducción libre por lapatilla.com)
La encuesta apunta a una serie de tendencias criminales en Venezuela que InSight Crime ha seguido de cerca. A finales de 2014, InSight Crime destacó a Venezuela como el país latinoamericano con más probabilidad que veamos un aumento de la inseguridad y de la actividad de la delincuencia organizada por muchas de las razones expuestas en el informe.
Como la encuesta sugiere, los delincuentes han encontrado numerosas maneras de explotar las políticas económicas del país que han contribuido a una profunda crisis financiera. Empresarios sin escrúpulos han manipulado el estricto sistema de control de divisas del gobierno y la inflación galopante para lavar millones de dólares en ganancias por el tráfico de drogas. Los oportunistas han aprovechado las enormes diferencias de precios en los productos básicos y la gasolina para su contrabando por la frontera hacia Colombia, donde se pueden vender con un enorme margen de beneficio.
Por otra parte, la encuesta indica que a los venezolanos les quedan pocas dudas sobre el papel activo que instituciones estatales desempeñan en los bajos fondos del país. Una red en las sombras de oficiales militares corruptos, conocido como el Cartel de los Soles, se cree que está profundamente involucrado en el tráfico internacional de cocaína. Mientras tanto, el sistema judicial de Estados Unidos está investigando varios funcionarios de alto rango del gobierno por sus vínculos con el tráfico de cocaína.
Pero tal vez la tendencia más preocupante puesto de relieve en el informe es la evolución de las organizaciones criminales locales, probablemente impulsado por el caos económico y político que gira alrededor de Venezuela. Desde mediados de 2014, informes han denunciado la aparición de crecientes estructuras criminales sofisticadas y de pandillas fuertemente armadas en las dos ciudades más grandes del país, Caracas y Maracaibo.
No obstante, todavía no se ha manifestado que las bandas venezolanas hayan desarrollado el mismo nivel de sofisticación en otras partes de América Latina.
El informe también proporciona otra indicación, pero poca evidencia concreta de que en Venezuela la situación de inseguridad sigue empeorando. Según el OVV, Venezuela registró una tasa de homicidios de 82 por 100.000 en 2014, el más alto recuento de asesinato por lo menos desde 1998.
Sin embargo, algunos observadores han cuestionado la validez de las cifras del OVV, y su director Briceño León ha admitido previamente que su metodología para el recuento de homicidios “no cumple con todas las normas.” Sin embargo se cree que el OVV proporciona la mejor indicación de la tasa de homicidios en el país, porque los datos del gobierno o están ausentes o son politizados.
Vea a continuación la “II Encuesta sobre Delito Organizado en Venezuela | Resultados Nacionales” y su comentarios del OVV, LACSO y Observatorio de la Delincuencia Organizada de agosto de 2015
OVVEncuestaDelitoOrganizadoAgosto2015