A la sociedad no le debe resultar extraño que el oficialismo destaque la figura de Hugo Chávez, un presidente fallecido, a propósito de la campaña electoral de cara a las Parlamentarias. El discurso de Nicolás Maduro, el heredero, no logra impactar a las masas, opina el politólogo Germán Aponte, reseñó El Impulso.
La debilidad de Maduro no está sólo en el discurso si no en el accionar del Gobierno, el cual no presenta resultados favorables en ningún ámbito. El país tiene la inflación más alta del mundo, un déficit presupuestario producto de la merma petrolera, una moneda pulverizada, índices de pobreza mayores que en el 98, más de tres millones de venezolanos pobres y una canasta alimentaria que supera los 70 mil bolívares mensuales, declaró el analista político.
“El Gobierno recurre a la propaganda, en la cual la única fortaleza es la imagen del presidente fallecido y su supuesto legado. No podemos olvidar que se trata del mismo Gobierno”. Aponte sostiene que en este momento no es posible medir los resultados de dicha estrategia.
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