El expresidente peruano Alberto Fujimori (1990-2000) abandonó hoy la clínica de Lima en la que fue internado el domingo tras presentar problemas de salud y fue conducido en una ambulancia hacia el cuartel policial en el que cumple 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad y corrupción.
EFE
Fujimori apareció con buen semblante y escoltado por policías en la entrada de la clínica, donde incluso saludó a algunos simpatizantes y luego a los periodistas que seguían la información antes de subir a la ambulancia.
Su hija, la excongresista y anunciada candidata en las elecciones presidenciales del próximo año, Keiko Fujimori, declaró luego a los periodistas que su padre está “bastante bien” y que fue internado por presentar un “fuerte dolor en el hombro y por la aparición de una leucoplasia”, una lesión en la lengua.
“En estos exámenes en el hombro y la lengua se la ha hecho un examen completo al aparato digestivo, con una resonancia y una endoscopia. También un examen sobre un tratamiento oftalmológico. Los resultados hasta ahora son positivos y alentadores”, indicó.
Keiko dijo que el experto de cuello-cabeza de la clínica “ha decidido mantenerlo en constante observación”, pero no se ha tomado la decisión de someterlo a una operación por la leucoplasia.
“Está estable y de buen ánimo”, acotó la hija del exmandatario.
Alberto Fujimori cumple una sentencia de 25 años de cárcel desde 2009 tras haber sido declarado autor mediato (con dominio del hecho) de dos matanzas cometidas por el grupo militar encubierto “Colina” y por el secuestro de un empresario y un periodista tras el golpe de Estado que dio en 1992.
En los últimos años el expresidente ha sido internado varias veces en clínicas de Lima por presentar problemas de hipertensión y para ser operado de las leucoplasias que padece en la lengua.