En Venezuela ser chavista hace ya tiempo que no basta para mantenerse fuera del alcance de la justicia. El pez grande, si ve amenazado su poder, utiliza la «lucha contra la corrupción» para comerse al pequeño y eliminarlo políticamente. Hace unos días el alcalde del municipio de Caroní, José Ramón López, fue arrestado tras ser acusado de corrupción por el gobernador del estado de Bolívar, Francisco Gómez Rangel -sancionado en EE.UU. por violaciones de derechos humanos-. Ambos son bolivarianos, pero el segundo, más poderoso, apagó su competencia dentro del partido a falta de dos meses para las elecciones legislativas, en la que se espera un cambio político.
F.J. Calero / ABC
“La justicia chavista se aplica a quienes se enfrentan a poderes dentro del chavismo, esto es básico, ya le pasó al general Raúl Baduel, quien se mantuvo cerca de Chávez hasta 2010 cuando su rebeldía hizo que le abrieran un proceso. El oficialismo tiene “cajas negras” de cada uno de los funcionarios, que se destapan cuando alguno se levanta”, señala a ABC el periodista de investigación y editor de Poderopedia Venezuela, César Batiz, quien hace un seguimiento de los perfiles enfangados en corrupción de los hombres fuertes del Gobierno venezolano.
Bolívar, “estado canalizador del narco”
Rangel Gómez se licenció en la Academia Militar de Venezuela en la Promoción Simón Bolívar, de 1975, junto con el fallecido presidente Hugo Chávez. Estuvo al lado del histórico líder populista desde sus inicios presidenciales. De esta escuela también salió, más tarde, Diosdado Cabello. “Rangel Gómez, gobernador de Bolívar, es muy poderoso, pese a estar cercado por varios casos de corrupción”, apunta a ABC la directora de Transparencia Venezuela, Mercedes de Freitas. “Los candidatos del PSUV en ese estado son todos cercanos al gobernador menos López, quien tenía bastante apoyo popular”, añade.
Para el secretario general del opositor Primero Justicia en Carabobo, Armando Amengual, la detención del alcalde de Caroní guarda bastante relación con la de Edgardo Parra, quien dirigía el consistorio de Valencia, capital de Carabobo. “Las detenciones han sido ordenadas por gobernadores que han sido militares -actualmente lo son 11 de los 23-, han ocurrido antes de las elecciones legislativas y en esta ocasión con el chavismo bastante detrás en las encuestas -dan un 58 por ciento a la oposición-. Con un 90% de autonomía, el chavismo duro quiere centralizar y de paso atemorizar a los alcaldes”.
“Los niveles de corrupción están llegando hasta el punto que los propios chavistas se pelean entre ellos por el dinero”, subraya el responsable del partido opositor Voluntad Popular en EE.UU., Pedro Vásquez.
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