La mítica marca italiana de automóviles deportivos Ferrari vistió de rojo a Wall Street este miércoles para su primer día de cotización en la Bolsa de Valores de Nueva York, con una acción que ganó 5,77% en el debut.
En el parqué de la bolsa, situado en el barrio financiero al sur de Manhattan, los operadores lucían chaquetas y gorras rojas con el famoso logo del caballo encabritado.
Las pantallas también eran rojas y el encargado de hacer sonar la campana de apertura de la sesión fue Sergio Marchionne, presidente de Fiat Chrysler, grupo del cual Ferrari es filial.
La primera cotización de la marca de lujo fue a 60 dólares por acción, ocho dólares más que el precio de introducción fijado el día anterior y que valorizaba a la compañía en casi 10.000 millones de dólares, sin incluir la deuda.
Sin embargo, la euforia inicial dio paso a una ganancia menos espectacular al cierre con un alza de 5,77% a 55 dólares, en una bolsa en baja, con el Dow Jones retrocediendo 0,28% y el Nasdaq 0,84%.
“Ferrari es una anomalía en el estancamiento actual”, comentó Kathleen Smith, cofundadora del gabinete especializado Renaissance Capital.
Marchionne, con gafas y un pulóver de cachemira rayado, no podía ocultar su alegría, tras la ceremonia del campanazo, en la que estuvo acompañado de responsables de Ferrari vestidos de saco y corbata.
– “Demasiado cara” –
En el exterior del edificio se exhibieron ocho relucientes Ferraris, uno de los cuales era un bólido de Fórmula 1 piloteado por el alemán Sebastian Vettel, actual estrella de la “Scuderia”.
Entre los automóviles se encontraba también una rara Ferrari 250 California SWB de 1961.
Cada tanto, los altoparlantes difundían un sonido de bólido de carrera a plena velocidad, algo nada habitual en este barrio donde los operadores bursátiles, banqueros y empresarios zigzaguean a pie entre los turistas para llegar a sus oficinas.
“Amo a Ferrari, siempre la he seguido en Fórmula 1”, dijo Abhishek Ahuja, un indio oriundo de Bombay de visita en Nueva York. ¿Y comprar una? “Demasiado cara”, respondió este hombre, agregando que tampoco tenía en vista adquirir acciones, ya que la marca “no cotiza en India”.
Doug Kendora, un estadounidense que trabaja en el barrio, manifestaba en cambio sus dudas sobre lo acertado de entrar en la bolsa neoyorquina para una marca tan exclusiva.
“Lo va a convertir en una marca masiva. Así van las cosas, todo el mundo quiere hacer dinero”, indicó.
Este temor es compartido en Italia, donde se teme el exilio de Ferrari y su eventual “democratización” para satisfacer a los mercados mundiales.
– Potencial enorme –
Ferrari, que limita voluntariamente su producción a 7.000 carros de nueve modelos, tiene previsto aumentar su producción a 9.000 unidades. El precio mínimo de uno de sus autos es de 200.000 dólares.
Para adquirir un Ferrari hay largas listas de espera y el 60% de los automóviles está reservado a quienes ya son propietarios de uno. El 34% de los clientes Ferrari tiene más de uno.
Ferrari quiere también diversificarse vendiendo más productos derivados como relojes, aparatos electrónicos y otros accesorios con su emblema.
La marca nació en los talleres de Maranello, en el norte de Italia, donde el piloto de autos de competición Enzo Ferrari fundó en 1929 la Scuderia Ferrari y en 1947 empezó a fabricar coches.
Su objetivo actual es hacer frente cuanto antes a la competencia de otras grandes marcas de autos deportivos como Bugatti, Porsche y Lamborghini (grupo Volkswagen), especialmente en China.
“Sin faltar el respeto a nuestros competidores, no tienen el mismo valor que Ferrari”, dijo el miércoles Marchionne, destacando el “enorme” potencial de la marca en Estados Unidos, Oriente Medio y Asia.