Carlos Tablante: El gran saqueo de Pdvsa

Carlos Tablante: El gran saqueo de Pdvsa

thumbnailcarlostablanteCobarde. Así fue la respuesta de Rafael Ramírez a las informaciones de The Wall Street Journal sobre la billonaria corrupción en Pdvsa durante su gestión. A través de Twitter calificó de “infamia” el reportaje elaborado por los periodistas del influyente diario a los cuales nunca respondió ni las llamadas ni los correos que solicitaban su opinión sobre el tema.

 

El que no la debe , no la teme. Hubiera sido más sencillo, y sobre todo más digno, contestar a las interrogantes de los reporteros que tratar de protegerse debajo de la sombra de Hugo Chávez, que al parecer, es considerado por algunos como un escudo de impunidad: “Hoy la infamia y la miseria de los enemigos del pueblo, arremeten con sus grandes medios contra mi nombre y contra el Cdte Chávez”, escribió. Como ya es costumbre entre los funcionarios corruptos del régimen, una vez más, tratan de identificar las denuncias en su contra con ataques a “el comandante eterno”, “la revolución” o directamente a “el pueblo”.
Desde que los gurús de la propaganda oficialista inventaron aquello de que “Chávez es el pueblo”, pareciera que todo lo malo que hace el gobierno no se puede criticar porque antes era obra de Chávez -es decir, “el pueblo”- y ahora de Maduro, que también trata de mimetizarse con “el pueblo”. En los regímenes populistas, se supone que el pueblo manda y no se equivoca. Esto es tan falso como aquel dicho que afirma que “cada nación tiene lo que se merece”. No estamos de acuerdo. Los venezolanos , y queremos incluir a los chavistas que lo son por convicción – y no por pura conveniencia -, no se merecen lo que están sufriendo. La casta corrupta que abusa del poder que generosamente le confió una parte del país, se esconde detrás de esa misma población a la que traicionó, con la esperanza de poder conservar los privilegios y las fortunas mal habidas, producto del atraco perpetrado a los presupuestos públicos, al dinero de los venezolanos.
Durante más de una década, Rafael Ramírez, sus familiares y allegados, manejaron a la petrolera estatal como si fuera de su propiedad. No hubo sector de la industria donde no armaran las redes de corrupción que les permitieron amasar una enorme fortuna. Tampoco la han ocultado. Los signos exteriores de riqueza del clan integrado por parientes y amigos – donde destacan nombres como Diego Salazar y Baldó Sansó- son demasiado evidentes como para que ni el más convencido revolucionario pretenda ignorarlos.
Mas allá del desastre gerencial y administrativo de Pdvsa, que está a la vista de todos y que también es su responsabilidad, Rafael Ramírez debe responder por el robo billonario no solo en áreas directamente relacionadas con el negocio petrolero – sobre todo el aspecto financiero y de seguros – sino también en sectores como el eléctrico, alimentación y vivienda, entre otros. No vamos a recordar aquí la lista de delitos que ya divulgamos en “Estado Delincuente: Cómo actúa la delincuencia organizada en Venezuela” y que también otros periodistas, investigadores, expertos y escritores han descrito. No hay suficiente espacio en estas líneas. Sólo diremos que el tamaño del asalto perpetrado contra Pdvsa no tiene antecedentes ni a nivel nacional ni internacional. Forma parte del gran saqueo que sufrió Venezuela en los últimos doce años. Un saqueo que no puede quedar impune.
El 6 de diciembre los ciudadanos honestos – que son mayoría – le dirán con su voto a los que traicionaron la esperanza y los sueños de una parte de la nación, que su tiempo se acabó y que llegó la hora de asumir responsabilidades. Y no valdrá esconderse detrás de nadie, y mucho menos detrás de un pueblo trabajador, bueno y decente como el venezolano.