Diego Arria: Evitar la reelección de Venezuela en Consejo de DDHH de ONU es votar por la defensa de la libertad

Diego Arria: Evitar la reelección de Venezuela en Consejo de DDHH de ONU es votar por la defensa de la libertad

DiegoArriaUNWatch27OCT2015

 

En la tarde de hoy, el ex embajador de Venezuela en la ONU y hoy exiliado político, Diego Arria, pronunció un discurso en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en New York, donde justificó fervorosamente la necesidad de evitar por medio del voto, que Venezuela sea reelegida como miembro del Consejo de DDHH de la ONU, visto el amplio prontuario de violaciones que muestra el gobierno de Nicolás Maduro.

El evento auspiciado por UN Watch y Human Rigths Watch, contó con la asistencia de delegados de países que mañana votarán al Consejo de DDHH de la ONU, así como una amplia cobertura de medios.

A continuación, el discursó íntegro pronunciado por Diego Arria esta tarde

Discurso del Embajador Diego Arria

Situación de los derechos humanos en Venezuela

27 de octubre 2015  ONU new York

(original en ingles)

“Vergüenza y vergüenza eterna… ¡nada más que vergüenza!” Con esta cita de la obra de Shakespeare, Enrique V, cerré mi última declaración en el Consejo de Seguridad de la ONU como Representante Permanente de Venezuela advirtiéndoles acerca de nuestra responsabilidad para detener el genocidio a cámara lenta que estaba teniendo lugar en Srebrenica, cuyo trágico final tuvo lugar unos meses después. Añadí que una amoral evasión para actuar socavaría los principios fundamentales de la organización y degradaría al Consejo. Así ocurrió.

Mi declaración fue fundada en los principios de una nación que se enorgullecía por su admirable historial en el apoyo y defensa de la libertad y los derechos humanos en todo el mundo.

Hoy, al regresar a este edificio, mi corazón está pesado al presenciar cómo una nación de personas libres, que tuve el privilegio y el orgullo de representar, se ha transformado en una verdadera pandilla que bajo el control militar, político y policial del régimen cubano, gobierna mi país. Un régimen militarizado y tiránico que impide mi regreso a Venezuela.

Con su permiso me gustaría dirigir mis palabras a los representantes de los países miembros que mañana votarán en Ginebra en el Consejo de Derechos Humanos.

“Vergüenza y vergüenza eterna… nada más que la culpa es toda de ustedes, sería de nuevo más apropiado para aquellos que cometan el delito de complicidad de llegar a votar por un régimen canalla, asociado a narcotraficantes y grupos terroristas. Un régimen con un abominable y monumental historial de violaciones a los derechos humanos, que tiene más presos políticos que la propia Cuba.

En este contexto, el crimen más sistemático en Venezuela es la detención arbitraria de disidentes sin causa justificada. Hay un patrón sistemático de comportamiento que demuestra que estas acciones constituyen delitos de persecución como crimen de lesa humanidad. Pero lo que hace esto más notable es que no son los escuadrones de la muerte, o grupos ilegales, los que lo hacen; los secuestros son ordenados por un juez.

Esos jueces tienen que seguir las instrucciones del presidente Maduro, de lo contrario son amenazados, retirados y encarcelados en caso de que no sigan las órdenes y son sustituidos por los leales a Maduro. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ya ha identificado la connivencia entre el poder ejecutivo y los jueces.

La reciente declaración pública de Franklin Nieves el Fiscal del caso de Leopoldo López, publicada por la prensa de todo el mundo, confirmó el control que existe sobre el poder judicial: “Decidí abandonar Venezuela con mi familia a causa de la presión a la que estaba siendo sometido por el brazo del ejecutivo y de mis superiores que siguen defendiendo la falsa evidencia utilizada para condenar a Leopoldo López. Su juicio fue una farsa basada en evidencia falsa e injustamente fueron violados sus derechos”.

La estrategia de Maduro era evitar la intervención de la Corte Penal Internacional (CPI), pero la evidencia es ahora clara y su futuro está en La Haya siguiendo la ruta de Gadafi (Saif), el mismo que a Chávez le fue impedido de seguir por el Todoporoso.

Cada vez vamos a ser más capaces de demostrar cómo el régimen utiliza su poder judicial para perseguir, torturar, encarcelar y perseguir a disidentes. Otro caso escandaloso en el tribunal supremo fue el de Aponte Aponte, quien también abandonó el país y ha confesado cómo el régimen le obligó a fabricar falsos cargos contra el ex candidato presidencial Manuel Rosales. Sin duda, el mismo se aplicará a Antonio Ledezma el Alcaldía de Caracas, así como a la congresista María Corina Machado y cientos de otros, entre ellos yo mismo.

Por su parte el presidente de la Asamblea Nacional el Sr. Cabello es objeto de investigación internacional por sospecha en el tráfico de drogas, así como dos de los gobernadores del régimen y siete generales. Y, más recientemente, los medios han publicado que la empresa petrolera PDVSA también está bajo la investigación por un caso monumental de corrupción y lavado de dinero que tuvo lugar bajo la presidencia de quien hoy es Representante Permanente de Venezuela ante la ONU. Las riquezas petroleras permitieron que la corrupción masiva del régimen abusara y cometiera delitos a su antojo, pero el tiempo para detenerlo está llegando.
En este punto me gustaría presentarles al Sr. Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela, en sus propias palabras:
Por primera vez veo que se celebra un aniversario de la Guerra con el Decreto de la muerte de Simón Bolívar de 1813 donde El Libertador escribió: “Nuestro odio será implacable y la guerra será a muerte a todos los españoles culpables o no”. Maduro aprovechó la ocasión para dibujar un falso paralelismo entre la guerra de la independencia y de la situación política actual.

Él dijo: “El Decreto de Guerra a Muerte” es un documento que al releerlo uno puede redescubrir su valor, por tanto, he dado instrucciones a los mandos militares a leer y hablar sobre el decreto con todos los miembros de las fuerzas armadas, así como con los estudiantes en las escuelas secundarias y universidades porque… cualquier parecido con el pasado no es accidental”.

“Es –de nuevo añadió- la misma lucha entre el imperio y la patria, entre la colonia y la independencia, entre traidores y patriotas”

Esta es precisamente la abominable y más que peligrosa división que entre nuestra gente promueve el Estado a través de una política de odio, racismo y violencia iniciada por Hugo Chávez y reforzada por Maduro; a quien Enrique Krauze, el brillante historiador mexicano describió recientemente como un hombre sanguinario.

Es importante señalar que siete años después de su decreto de Simón Bolívar firmó con los españoles un tratado de armisticio para la Regularización de la Guerra. Pero Maduro como líder de la pandilla se adhiere al “odio implacable” de Simón Bolívar de 1813, no del Bolívar de 1820.

Distinguidos Representantes de los países miembros de la ONU

Permítanme añadir unas cuantas palabras de introducción del Sr. Maduro en el caso de que decidan votar por lo que él representa; un estado dictatorial y militarizado.

Venezuela tendrá elecciones legislativas el próximo 06 de diciembre. Todas las encuestas asignan más del 80 % de rechazo al régimen y una inclinación favorable a votar por los candidatos de la oposición de más del 60 %. Esta realidad le ayudará a entender las siguientes declaraciones de Maduro:

“Si el grupo de la derecha llega (no dice gana y para él todos somos de derecha) la elección muchas cosas muy graves podrían suceder incluyendo enfrentamientos callejeros”. Y añade “Voy a ser la primera persona en ir a las calles a defender con la gente nuestra revolución… Nuestro país sólo puede ser gobernado por los revolucionarios… la oposición debe orar y encender velas a sus santos para que seamos nosotros quienes ganemos las elecciones, de lo contrario sería un caos total”.

Tal vez pensó que no había sido lo suficientemente claro y continuó: “Juro que en ningún caso voy a entregar a los logros de nuestra revolucione. No voy a traicionar a nuestro pueblo. Vamos a estar preparados para defender nuestra patria y ganar de cualquier manera, a cualquier precio, porque nuestro futuro está en juego. Masacre y muerte tendrá lugar si la revolución chavista pierde”.

Para rematar, el Ministro de Defensa apropiadamente llamado general Padrino declaró: “La fuerza armada es profundamente socialista, chavista. Los fascistas no volverán. Nuestro comandante supremo y eterno es Hugo Chávez”.

Al abordar a los representantes de la ONU creo importante enviar un mensaje especial a los gobiernos de América Latina y el Caribe GRULAC, que por tantos años han mantenido silencio y se han acomodado primero a Chávez y luego a Maduro, escondiéndose detrás de su particular interpretación de soberanía, no aplicable a la violación de los derechos humanos.

El régimen viene utilizando nuestro tesoro nacional para comprar complicidades en toda la región. Incluso hasta para la compra de votos para bloquear nuestro caso en la OEA. Un espectáculo vergonzoso que la buena gente de esos países no se merece.

Yo les digo a los líderes del gobierno de que no hay un solo país. Ni uno solo donde los gobiernos democráticos venezolanos del pasado no jugaron un papel útil en su proceso político y económico sin pedir nada a cambio. Y yo pertenezco a ese grupo de venezolanos que bajo diferentes gobiernos luchó para preservar su libertad y que tenemos la autoridad moral para quejarse de la falta de solidaridad de los líderes de la región.

Respetuosamente pido que consideren seriamente la información anterior antes de votar. Será imposible ocultar un voto por un colapsado y peligroso régimen ampliamente condenado. No hay duda de que tal votación tendría repercusiones muy negativas entre sus pueblos. Su gente no se merece estar asociada a una banda de matones muy peligrosos. Evitar la reelección de Venezuela es votar por la defensa de la libertad y los derechos humanos.
Al igual que Albert Camus dijo: “Siempre hay una filosofía para la falta de valentía” por lo que sería triste para todos ustedes que se les recuerde como… “nada más que vergüenza”.

 

Lapatilla.com

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