Brasil amaneció este lunes con bloqueos en importantes carreteras de cuatro de sus 27 estados por la huelga contra los altos impuestos y los elevados costos de los combustibles con la que un grupo de camioneros independientes promete “paralizar” el país, informaron fuentes oficiales.
EFE
Los camioneros que participan en la protesta estacionaron sus vehículos en trechos de carreteras federales en los estados de Minas Gerais, Santa Catarina, Paraná y Río Grande do Sul, con lo que bloquearon total o parcialmente el tránsito por las mismas, informó la Policía Federal de Carreteras.
La situación es más grave en carreteras de los tres estados del sur de Brasil, en donde los camioneros tan sólo permiten el paso de vehículos que transportan cargas perecederas, en tanto que en Minas Gerais tan sólo estacionaron sus vehículos en una de las pistas, por lo que el paso era posible pese a los grandes embotellamientos.
Los camioneros que participan en la huelga, que se dicen independientes de los sindicatos del sector, afirman haber atendido una convocatoria del llamado Comando Nacional de Transporte, un movimiento surgido en internet y sin registro oficial.
Los huelguistas protestan contra las supuestas altas tasas con que el Gobierno tributa el transporte y contra los recientes aumentos de los precios de los combustibles, pero esas reivindicaciones no son compartidas por todos los camioneros.
La Confederación Nacional de los Transportes Autónomos y la Unión Nacional de los Camioneros, sindicatos que agrupan a gran parte de los camioneros independientes, dijeron estar contra la paralización, negaron que esas sean sus reivindicaciones y dieron a entender que puede tratarse de un acto con fines políticos.
El Gobierno, que alega haber atendido todas las reivindicaciones de los camioneros en las últimas negociaciones, ha dicho que está atento a la movilización por temer que se trate de una iniciativa de sectores de la oposición para agravar la actual crisis del país.
Además de la grave crisis económica, con el país en recesión y la inflación en su mayor nivel en trece años, Brasil afronta una crisis política por divergencias entre el Gobierno y los partidos que lo sustentan, los reducidos índices de popularidad de la presidenta Dilma Rousseff, amenazada con un juicio de destitución, y el gigantesco escándalo de corrupción en la estatal Petrobras.
“La paralización será por tiempo indeterminado, hasta que la presidenta Dilma (Rousseff) renuncie. Tenemos adhesiones en al menos 20 estados del país y será una paralización grande. La población y el Gobierno van a sufrir una sorpresa”, aseguró el líder de los huelguistas, Ivar Schmidt, en declaraciones a la prensa.
El líder de los camioneros asegura que el país puede vivir un caos como el de junio de 2013, cuando los camioneros bloquearon importantes carreteras en varios estados y llegaron a poner en riesgo el abastecimiento de alimentos en algunas ciudades.
Durante las masivas protestas de entonces, siete personas murieron en diversos lugares de Brasil, cuatro de ellas atropelladas por conductores que embistieron contra multitudes que bloqueaban el tráfico en las carreteras.
Los bloqueos de hace dos años fueron convocados por el Movimiento Unión Brasil Camionero (MUBC), que demanda subsidios para el diésel, la eliminación de los peajes y una fiscalización mayor de los conductores que trabajan sin las debidas licencias.